El vino natural, Pura Vida
Vinícola
Almería/Sólo la uva. Esa es la base del vino natural, que sabe mejor si se hace con cariño. Bajo esta premisa se elaboran los Pura Vida, en plena Alpujarra almeriense. Rober Ayala y María del Mar Fernández son los artífices del único vino natural que se comercializa desde la provincia, que, como ellos señalan, es 100% garnacha y amor.
Fue entorno a ocho años cuando empezaron los cimientos de este vino que hoy puede consumirse en ciudades con Berlín. Tal y como explica Rober, en 2011 compraron el cortijo en Fondón que contaba con un viñedo, con fruta ya para recoger, y con ella elaboraron los primeros caldos, pero no sería hasta el tercer año cuando construyeron la bodega y se hicieron con la maquinaria precisa. El aprendizaje para la producción podría decirse que fue autodidacta y gracias a la colaboración de otros compañeros. Rober no sabía entonces lo que habían logrado, hasta que dio su vino a probar a otros bodegueros y entendidos en la materia: había sacado un vino natural, en el que sólo la uva es la protagonista. Estos dieron a conocer el Pura Vida a una exportadora de Granada, con la que desde entonces trabajan comercializando sus vinos a nivel nacional y algo fuera de España.
El vino natural es muy apreciado en un sector de población que busca algo diferente, se trata de un vino hecho con uva natural, sin añadir ni quitar nada a esa uva. Parte de un cultivo respetuoso con el medio ambiente, en este caso practicando un tipo de agricultura biodinámica o simplemente siguiendo métodos tradicionales usando solo productos naturales y re respetando los ciclos naturales. “Hay años en que abonamos en verde, así cuando llueve, sobre esta época del año, echamos semillas: tréboles, mostaza... y en primavera cuando crece la segamos y envolvemos con la tierra. Otros años hemos utilizado estiércol y luego también todos los trabajos que hacemos respecto a la viña los orientamos según las fases de la luna”, dice Rober quien explica que hay labores que hay que realizar en creciente y otras en decreciente.
Actualmente, la viña está parada esperando las heladas para que la savia se retracte totalmente en su base para pasar el invierno y a final de enero ser podada, también respetando la luna podando en decreciente. El azufre o sulfato de cobre se limitan a lo imprescindible, “cobre si hacemos cortes en los brazos de las viñas si han muerto para renovarse”.
“En bodega no utilizamos absolutamente nada, ni azufres ni metabisulfitos, sólo la uva que dejamos que tenga fermentación espontánea con sus propias levaduras”, expone Rober, quien puntualiza que ellos apenas intervienen salvo para mover la uva de un sitio a otro. Tras la fermentación llega el proceso de maceración durante unas dos semanas y “ya simplemente reposo, que se vayan decantando todas las partículas que no son puro vino, las cuales se van sedimentando en el fondo de la cuba y ya para Navidad hacemos un trasvase para dejar el vino limpio. Dejamos parte en acero y parte en barrica y ya embotellamos a mitad de junio la primera parte de la cosecha”.
El vino de Fondón que elaboran María del Mar y Rober se basa en el tipo de uva garnacha -de hecho su lema es 100% garnacha y amor- que parte del viñedo propio que tienen en su pequeña finca y del que consiguen en torno a unas 3.000 botellas.
Además, para ampliar su oferta de vinos, la bodega se ha hecho con otro viñedo de la Alpujarra almeriense, esta vez de uva macabeo, para elaborar vino blanco y cuya primera producción se pondrá a la venta de cara a esta próxima Navidad. De esta forma, en la actualidad los vinos Pura Vida que pueden encontrarse en el mercado son: cosecha de garnacha 2017, estas fechas navideñas también podrá comprarse el cosecha garnacha 2018, garnacha rosado 2018, barrica 2017 y ya se encuentran embotellando el correspondiente a 2018, que lleva en torno a un año en madera de roble.
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