En busca de la excelencia en el aula
El panorama de la Educación
La mejora de los resultados académicos sigue siendo una de las prioridades de un sector educativo que también necesita aumentar su calidad
Hasta tres leyes educativas se han sucedido en España –a la espera de que entre en vigor la polémica Lomloe– en las últimas dos décadas. Normas, todas ellas, que han generado un gran rechazo por todos los sectores del ámbito educativo, que se ha visto reflejado en las calles de Córdoba con numerosas protestas, como la que tuvo lugar en mayo de 2013 y que en la capital reunió a más de 5.000 personas en defensa de la enseñanza pública.
La educación, además, no ha estado exenta en todos estos años de protestas por la falta de medios o en contra de la aplicación de las diferentes leyes educativas, ni tampoco de polémicas en cuanto a su gestión. Además, la asignación de plazas escolares ha sido uno de los grandes problemas a afrontar por la Consejería de Educación en este tiempo en la provincia de Córdoba.
No en vano, desde el año 2000 uno de los grandes problemas que se repetía ejercicio tras ejercicio era la falta de plazas en los colegios en cada proceso de escolarización, en su mayoría, en los centros de la red concertada, que no podían dar respuesta a todas las solicitudes. Así, hubo años en los que hasta cerca de un millar de familias se quedaban sin plaza en el colegio elegido para sus hijos;una situación que ahora se ha revertido por la constante bajada de la natalidad.
Un reparto de puestos que, por entonces, ni siquiera contemplaba el hecho de que dos hermanos pudieran ir al mismo centro, tanto que no se puntuaba por ello. Fue un grupo de madres, agrupadas bajo la organización Hermano ven a mi cole, el que se puso manos a las obras y comenzó a protestar, pero también a plantear medidas para revertir esta situación, ante lo que la que la Junta no tuvo más remedio que claudicar cambiando de una vez por todas la baremación.
Sin embargo, este no es el único aspecto que ha cambiado –digamos evolucionado a mejor– en estas dos últimas décadas en el ámbito educativo, ya que se ha pasado de un proceso de escolarización que llegaba a acabar en los tribunales por la falta de plazas en los colegios –algunas familias llegaban a contratar a detectives privados para corroborar que otras vivían en un domicilio que era falso– a otro en el que el descenso de la natalidad ha hecho mella en los centros educativos. Es más, hace 20 años la situación llegaba hasta tal extremo que algunas familias acudían a los juzgados para solicitar la ampliación del número de plazas y fueron muchas las que consiguieron un puesto en el centro elegido a través de medidas cautelares.
Además, hay que recordar el cambio de los mapas de escolarización de la capital, en un intento de mejorar la distribución de las plazas, a pesar de que durante muchos ejercicios se centró en los mismos colegios. Una de las grandes modificaciones se llevó a cabo en el año 2013, cuando desde la Consejería de Educación se acordó dividir la ciudad en hasta nueve áreas de influencia, en las que también había lagunas, pero que permanecieron sin cambios hasta hace apenas un par de años, cuando estas mismas áreas pasaron a ser siete para atender, en esta ocasión, a las demandas en los barrios donde se ha producido un ligero aumento de la población.
Mientras tanto, en estas dos décadas y de manera muy paulatina, a pesar de las necesidades, se han ido poniendo en marcha nuevos espacios educativos. Buen ejemplo de ello fueron el instituto Zoco, el colegio Noreña o el Turruñuelos, en el caso de la capital, además del Conservatorio de Música Músico Ziryab. En cartera aún quedan proyectos históricos que parece que van tomando forma, como el instituto Miralbaida, que acumula ya tres décadas de retraso.
Aún así, los centros educativos siguen adoleciendo de una gran inversión por parte de la Administración autonómica y también del Ayuntamiento para intentar adaptarse a las necesidades climatológicas de los últimos años; no hay que olvidar en este aspecto lo sucedido en junio de 2017, cuando las altas temperaturas y la imposibilidad de dar clases en esas condiciones obligaron a los centros educativos a tener que reducir las horas de clase;una medida, por cierto, que contó con el respaldo de la Consejería de Educación.
En definitiva, se trata de unas necesidades que se han puesto de manifiesto en los últimos años y que, poco a poco, parece que se van solventando, aunque de una manera bastante lenta a tenor de los escasos resultados. Todos estos ejemplos pertenecen a la red pública, mientras que en la concertada también se han llevado a cabo proyectos de gran calado como la apertura del colegio Trinidad, cuyo coste alcanzó los cuatro millones de euros. También dentro de los conciertos, en este tiempo se ha puesto en marcha la Fundación Santos Mártires de Enseñanza. Dos tipos de educación –la pública y la concertada– que han ido de la mano en estas dos décadas en Córdoba y que han sabido complementarse.
El auge de la FP
Lo que sí ha evolucionado en estos 20 años han sido los programas educativos, mientras que otros se han afianzado, como la gratuidad de los libros de texto, la introducción de la enseñanza digital en las aulas o los planes de bilingüismo, además de la apuesta por la Formación Profesional (FP). Se trata esta de una enseñanza que en este tiempo se ha ido afianzando y ha pasado de ser la hermana pobre del sector educativo a una de las grandes apuestas por su especialización, el aumento de sus títulos y su más que notable índice de inserción laboral por parte del alumnado; es más, en los últimos cursos el número de matriculaciones en estas enseñanzas es bastante superior a las de Bachillerato, lo que muestra una gran evolución y demanda por parte de los más jóvenes.
A ello se suma la llegada de la FP Dual, que también sigue sumando nuevos estudiantes, dado el elevado nivel de acceso al mercado de trabajo que ofrece. Se trata de una enseñanza que se basa en combinar la formación teórica y práctica en un centro educativo con la actividad práctica en una empresa; en la provincia de Córdoba, son ya un millar de empresas las que se han adherido a esta modalidad, lo que muestra la importancia y validez de la misma.
Por otra, parte, uno de los grandes déficit de todos estos años ha sido la falta de personal docente, una de las luchas de los sindicatos del área, que no han cesado de pedir un más que necesario incremento de profesores para las aulas, al igual que el descenso en los trabajos de carácter burocrático que han de desempeñar al mismo tiempo. Una demanda que, ahora, con la más que notoria bajada de la natalidad se hace más que necesaria que se ponga en marcha y, con ello, se logre reducir el número de alumnos por clase (la manida ratio).
Y es que, esta falta de escolares ha hecho ya que en todo este tiempo se hayan cerrado más de medio millar de aulas, tanto en la capital como en la provincia. Uno de los casos más significativos, por ejemplo, ha sido el cierre del centro Moreno de Pedrajas, en Villanueva de Córdoba, una medida que se adoptó en el curso 2013-2014 cuando desde la Delegación de Educación se decidió eliminar la oferta de nuevas plazas en Infantil, lo que ha ido provocando su posterior clausura ante la imposibilidad de poder matricular a los escolares en este centro jarote.
En esta misma línea, la búsqueda de la calidad de la enseñanza, tanto en los ciclos de Primaria como de Secundaria Obligatoria, ha sido constante y, prueba de ello son los programas que se han ido poniendo cada curso escolar en un intento de mejorar los índices que se miden a través de diferentes clasificaciones y en las que Andalucía no copa los primeros puestos.
Por eso, es de recibo aún más impulsar iniciativas y proyectos que ahonden aún más en la calidad de la enseñanza y que sigan evitando el abandono temprano de las aulas, un problema que poco a a poco se intenta solventar desde la administración educativa, al igual que la violencia en las aulas. Desde este año, Córdoba cuenta con su primer instituto púbico –el Medina Azahara– que imparte Bachillerato Internacional. Tímidamente, las cifras de agresiones hacia docentes ha ido bajando en todos estos años, pero aún así también es necesario que se pongan todos los medios para erradicar este tipo de comportamientos, pero tanto hacia el profesorado como entre el alumnado.
Con todo ello, la evolución de la enseñanza en estos últimos 20 años en Córdoba ha sido más que evidente, pero todavía necesita una mejora más que notable, al igual que hay que incidir en su calidad porque en ello está gran parte del futuro de la sociedad del mañana.
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