Córdoba continúa sumando pantanos durante los años de la era democrática
Cuatro décadas de ayuntamientos democráticos (17) | Medio Ambiente
El mito de que la mayoría de los embalses con los que cuenta la provincia se construyeron en la dictadura no es cierto; la mitad se hicieron realidad tras el franquismo
Si retrocedemos 40 años y echamos un vistazo a las hemerotecas descubriremos que sobre la pésima situación en la que se encontraba el saneamiento de los municipios cordobeses habla el hecho de que para los primeros Planes Provinciales de Obras y Servicios puestos en marcha en 1979 por la primera Corporación provincial de la Diputación de la era postfranquista se insistía en que para la selección de esas primeras obras que empezarían a modernizar a los municipios cordobeses se fijó un orden de prelación que le daba prioridad primero a las actuaciones de abastecimiento de agua –captaciones, depuración, conducción y depósito–. Y después, a los emisarios o colectores de saneamiento.
Eran fechas en las que en muchas localidades de la provincia el agua no llegaba a las casas a través de grifos como ocurriría poco a poco años más tarde, sino que eran bastantes las poblaciones que se abastecían a través de fuentes y pozos.
En las sesiones plenarias de aquella primera Corporación se destacan “cuatro importantes proyectos que pueden servir de muestra de la visión de futuro que alienta los esfuerzos y gestiones de la Diputación para impulsar y colaborar con otros organismos y corporaciones públicas en la financiación y ejecución de obras que por su trascendencia afectan a grandes zonas de la provincia. Uno de esos cuatro “importantes proyectos” era el del abastecimiento conjunto a varios municipios del Valle del Guadalquivir mediante la construcción de una presa en el arroyo Martín Gonzalo.
Este “ambicioso proyecto” iba a permitir llevar agua “en cantidad y calidad” a los municipios de Montoro, Villa del Río, El Carpio –“con su poblado de Maruanas”–, Adamuz –“con su poblado de Algallarín”–, Villafranca y Pedro Abad –“con su aldea de Morente”–. “Pueblos que actualmente la toman para suministro del contaminado Guadalquivir”, según aparece reflejado en la documentación de una de las sesiones de la Comisión de Obras Públicas de la Diputación.
Y es que, en lo que se refiere a Andalucía –según un análisis objetivo del contenido actualizado de la web www.embalses.net/comunidad-1-andalucia.html, del Ministerio de Medio Ambiente–, resulta que, en contra de lo que suele asegurar el común de la gente, con el tópico de: “Desde el final de la Dictadura se han construido muy pocos embalses” (a veces se dice que ninguno), se evidencia que desde 1983 (para no incluir los que se iniciaron antes de 1975 y se fueron terminando hasta ocho años más tarde), y hasta 2010, en 28 años, la media de construcción ha sido de 1,28 embalses/año, mientras que, en los 43 años del periodo 1940-1982, esta fue inferior, de 0,91 embalses/año. Entre 1940 y 1982 (43 años), se construyeron 39 embalses (49 % de los 80 que tiene la autonomía), y desde 1983 a 2010 fueron 35 (41 %).
¿Y cómo se traduce eso en Córdoba? Pues en la época franquista y en los inicios del postfranquismo, entre 1940 y 1982, se construyeron en la provincia siete de los 39 embalses que se hicieron realidad en esos años en Andalucía. Todos ellos vinieron a sumarse al de La Breña I, cuya construcción se romonta a 1935. Se trata de los pantanos del Bembézar, Cordobilla, Hornachuelos, Izñajar, Puente Nuevo, El Retortillo y Sierra Boyera. Y de los 35embalses construidos en la época democrática –desde 1983– también siete lo fueron en Córdoba. Se trata de los de El Arenoso, Martín Gonzalo, San Rafael de Navallana, Vadomojón, Yeguas, La Colada y La Breña II.
En el caso de los del periodo franquista, tras el de La Breña I, situado en el término municipal de Almodóvar del Río, en el tramo final del río Guadiato, muy próxima a la confluencia con el río Guadalquivir, el primero que se construyó fue el de Cordobilla, en 1953, ubicado en el cauce del río Genil, en los municipios de Puente Genil, Aguilar, Moriles, Lucena y Badolatosa, en la provincia de Córdoba y Sevilla.
Más tarde, en 1961, llegaría la presa de Hornachuelos, que está situada en el cauce del río Bembézar en el municipio de Hornachuelos, como su propio nombre indica, y en pleno Parque Natural Sierra de Hornachuelos. Dos años más tarde, en 1963, tras dicha presa se hizo realidad el embalse del Bembézar, en los términos municipales de Espiel y Hornachuelos, que comenzó sus actividades en 1952 y con un uso destinado a abastecimiento de agua potable, la generación de electricidad y el regadío a las localidades cercanas.
En 1969 se terminó de construir el embalse de Iznájar, también conocido como el Lago de Andalucía y levantado al lado del municipio de la Subbética que le da nombre y cerca de Rute y Cuevas de San Marcos. El de Iznájar es el pantano más grande de la comunidad autónoma. El río que vierte al embalse es el río Genil y con el paso del tiempo y la demanda, se han ido construyendo en su zona de influencia un hotel, un camping, parcelas, cabañas de madera, un albergue y un restaurante.
En verano es cuando más se visita este espacio, ya que muchos lo utilizan como playa de interior que sofoca las altas temperaturas alcanzadas en Andalucía. Muchos también practican en él kayak o pasean en hidropedales. La central hidroeléctrica de Iznájar, la más grande de la comunidad autónoma, produce electricidad con el agua del embalse. Tiene una potencia instalada de 76,8 megawatios.
En 1970 comenzó su explotación el embalse del Retortillo, ubicado en el cauce del río Retortillo, formando parte de los municipios de Hornachuelos –en la provincia de Córdoba– y Puebla de los Infantes –en la de Sevilla– en el Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. La presa de Retortillo se construyó con distintos objetivos: para el riego de 2.250 hectáreas aproximadamente, para el abastecimiento a unos 220.000 habitantes y para pesca y baño.
El embalse de Puente Nuevo comenzó a construirse en 1956, finalizándose en 1973 y siendo inaugurado en el año 1974. Se encuentra entre los términos municipales de Belmez, Espiel y Villaviciosa de Córdoba y también tiene un uso variopinto, ya que abastece de agua, genera electricidad y en el mismo se permiten tanto los deportes náuticos como el baño y la pesca. Entre las especies del embalse se encuentran la carpa, el barbo, el black-bass, la boga, el lucio o la perca-sol.
El embalse de Sierra Boyera se localiza dentro de los términos municipales de las localidades de Belmez, Peñarroya-Pueblonuevo y Fuente Obejuna en el cauce del río Guadiato. Se construyó entre los años 1969-1974, comenzó su explotación en 1.983 y abastece de agua a buena parte de las comarcas de Los Pedroches y del Valle del Guadiato. De hecho, cumple cuatro misiones: En primer lugar sirve para el abastecimiento de agua; también en este es habitual la práctica de deportes acuáticos; es lugar de recreo y ocio, que se utiliza como zona de esparcimiento y por último es sede de multitud de especies acuáticas, en especial de aves.
El primer embalse en ser una realidad en la época democrática en Córdoba fue el que se había apuntado desde la primera Corporación postfranquista de la Diputación, el de Martín Gonzalo. La presa de Martín Gonzalo, ubicada en el término municipal de Montoro, fue inaugurada el 7 de julio de 1987 por el consejero de Obras Públicas de la Junta de Andalucía Jaime Montaner. Abastece a a las localidades de Montoro, Villa del Río, Adamuz, Algallarín, Pedro Abad, Bujalance, Morente, El Carpio, Maruanas y Villafranca. Dos años más tarde, en 1989, se inauguró el embalse del Yeguas, ubicado en el cauce del río del mismo nombre, entre los municipios de Montoro y Marmolejo, separando las provincias de Córdoba y Jaén. La presa se encuentra a unos 16 kilómetros de la localidad de Montoro a diez kilómetros de Villa del Río.
La presa de San Rafael de Navallana se construyó en el año 1.991. El embalse está situado sobre el río Guadalmellato y se encuentra aproximadamente a unos 27 kilómetros de la ciudad de Córdoba y a unos 16 kilómetros de Alcolea. Se construyó con los objetivos del abastecimiento y del regadío. Siete años más tarde se inauguró el embalse de Vadomojón, situado entre las provincias de Córdoba y Jaén –teniendo como zonas ribereñas de influencia las de los municipios de Luque, Albendín, Alcaudete y Baena–. Divide la Vía Verde de la Subbética y la Vía Verde del Aceite. Desde su construcción, este elemento de almacenamiento controla los riesgos de inundación que históricamente ha producido el río Guadajoz en los diferentes municipios que atraviesa, y además ofrece la posibilidad de que gracias al agua almacenada se destine una zona de la vega al regadío.
La presa de El Arenoso está situada sobre el cauce del río que le da nombre El Arenoso, afluente del Guadalquivir por la margen derecha, en el municipio de Montoro. Sus obras concluyeron en 2008. Emplazado en las primeras estribaciones de Sierra Morena, El Arenoso se halla en medio de un paisaje de monte bajo y de olivares en el que son frecuentes actividades recreativas, sobre todo las relacionadas con la caza. Las prácticas deportivas, como las vinculadas con la navegación en piragua o en barco de recreo son frecuentes también.
El embalse de La Colada se extiende por los términos municipales de El Viso, Hinojosa del Duque y Belalcázar. Completó su llenado en 2010 –tras un periodo de obras que abarcó desde 2002 a 2006– y se construyó con el objetivo de que sus aguas se destinaran al abastecimiento de la comarca de Los Pedroches y a la comarca de Almadén, en la provincia de Ciudad Real. En El Viso cuenta con una playa de interior, al igual que el pantano de La Breña II en Almodóvar del Río; a estas playas de interior se unirá este año la playa de Valdearenas, en Iznájar.
Precisamente, el 27 de mayo de 2005 comenzó a construirse la conocida como presa de la Breña II para concluirse en octubre del 2008. La Breña II incluye a La Breña I y no recibe únicamente las aguas del río Guadiato sino también las aguas excedentarias del Guadalquivir en invierno.
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