La generación cordobesa de los 20 años
Los jóvenes del presente
Los que nacieron en 2000 se preparan académicamente y viven la incertidumbre por lo que supondrá la crisis en el futuro
Los nacidos en el año 2000, el mismo año en que nació este periódico, son la generación denominada centennials o generación Z, aquellos jóvenes que han crecido bajo el amparo de los dispositivos móviles. Según el BBVA, junto a los millennials, esta generación se ha convertido en mayoría demográfica a nivel mundial este año.
Indudablemente marcados por la crisis que está dejando el coronavirus, los jóvenes del 2000 reconocen la importancia del estudio, de tener una carrera profesional, pero sobre todo de escoger un oficio que tenga salida en un intento de alejarse de los trabajos precarios que ya muchos han tenido que experimentar. La rama de la salud, importante de siempre y cada vez más hoy en día, es de las más solicitadas, pero también se suman las artes escénicas, la música, la construcción o los idiomas, un abanico de posibilidades amparado en una mezcla de gustos, pasiones y racionalidad ante la realidad del desempleo juvenil en España.
Las jóvenes de 20 años ya podrían ser madres, al menos físicamentehablando. Sin embargo, no es una conversación que salte a sus intereses por ahora. Eso sí, habrá alguna que ya lo es y que lo enfrenta incluso soltera, con todas las dificultades que eso conlleva.
La generación del 2000 es una generación crítica con los políticos, pero sobre todo con las injusticias. Aun cuando muchos aseguran que no les llama la atención la política, sí reconocen cuando las cosas se tuercen, quiénes son los responsables y, sobre todo, que siempre se pueden hacer mejor. Han crecido con las redes sociales, una ventana que les ha permitido ver el mundo de otra manera, conocer otras realidades, interactuar con jóvenes de otras partes del mundo y, también, reconocer cuando el internet está metiéndose más de lo debido en sus realidades.
Los del 2000 hoy son parte de luchas que hace algunos años ya se asomaban, pero estaban menos presentes en el debate público. El cambio climático, el feminismo, los derechos del colectivo LGTBI, la emigración y la globalización a través del internet son parte de sus conversaciones e incluso de sus luchas, que se vuelven más habituales cuantos menos años tienen.
A algunos de ellos ya les ha tocado enfrentar situaciones duras. La palabra crisis, que arrastran desde el 2008, los trabajos precarios, la separación familiar y la migración forzada ha marcado a muchos de ellos. Y ahora una nueva crisis, la del coronavirus, los está obligando a cambiar todas sus formas de relacionarse con su entorno y, más allá de eso, su percepción del tan ansiado futuro.
“Cada político tiene una forma de gestionar el problema”
Antonia García Castillo
27 de junio
Antonia es de La Guijarrosa y estudia Higiene Bucodental en el Instituto de Formación Profesional Medac. A pesar de haber cursado el Bachillerato en Humanidades, finalmente se decantó por la Salud para abrirse paso a un mejor futuro. Aunque se dejó llevar por sus pasiones, admite que también analizó qué carreras podían tener mejor salida profesional, una sabia decisión en la situación actual. Pasó la primera ola de la pandemia trabajando en el campo, primero en un almacén de ajos y después quitando hierva. “Es duro, pero te acostumbras”, afirma y es tajante al declarar que no quiere repetir la labor. Sobre el coronavirus tira de la más profunda lógica para criticar sin reparo algunas decisiones de las administraciones, como la de “quitar clases presenciales en las universidades, donde hay más espacio, pero dejar las clases en las escuelas con 30 alumnos en aulas más pequeñas”. Antonia lo tiene claro, la unidad ha quedado atrás y opina que “cada político tiene una forma diferente de gestionar el problema”.
“Córdoba tiene su encanto”
Elena Molina López
28 de enero
Elena estudia Enfermería en Córdoba capital y este año lo ve “complicado” por la crisis del coronavirus, una segunda crisis que ya está dejando su huella en los más jóvenes. “No hacemos prácticas como nos gustaría, la mayoría de mis clases han sido online, no sabemos qué pasará con las prácticas en hospitales que debemos empezar pronto”, comenta con incertidumbre acerca de cómo afecta la situación a su formación académica. Elena no tiene miedo y critica que no puedan hacer prácticas reales ahora porque “en nuestro sector nos vamos a tener que enfrentar a la situación, haya coronavirus o no”, dice segura de querer estar en la primera línea cuando llegue su momento. Pudo haber estudiado en Granada o Madrid pero decidió quedarse en Córdoba y, aunque para ella es difícil valorar el futuro ahora mismo, muestra mucha seguridad e ilusión cuando habla de que quiere quedarse a ejercer la enfermería en su provincia, un lugar “pequeño pero que tiene su encanto”.
“La gestión de la crisis me indigna”
Ana María Marín
18 de diciembre
Ana María se crió en Montalbán y en Córdoba, en general, se siente como en casa. Para cursar su carrera ha tenido que dejar la provincia y dirigirse a Extremadura, una decisión que, aunque es común entre los jóvenes de su edad, a ella no le sentó tan bien. Echa de menos Córdoba cuando no está, sobre todo sus fiestas y su primavera que espera que “vuelvan como antes”. Se ha decantado, también, por la Salud, y lamenta que la situación generada por el coronavirus esté afectando esa vida de estudiante que esperaba experimentar este año. Aún así, su futuro lo ve en esta provincia, donde espera poder ejercer su profesión. Tiene los pies sobre la tierra y aunque, asegura, no le llama la atención la política, reconoce que la gestión de la pandemia le “indigna”, sobre todo en el tema educativo. “Como no tenga prácticas, el día que tenga que trabajar no podré ir con la seguridad que debo tener”, critica sobre la situación actual de la educación.
“Están dejando de lado la cultura”
Manuel González
13 de noviembre
Manuel sale del Conservatorio Profesional de Música con su instrumento a cuestas, se trata de un violín que lo acompaña a todas partes, como un escudo ante su timidez. Empezó en la música como un pasatiempos en Cabra, el municipio que lo vio nacer, pero la influencia de toda su familia que se dedica al sector, lo ha impulsado a dedicarse a ello de manera profesional. “Desde pequeño me crié con la música, viví con ella y me gusta tanto que lo he cogido como profesión”, expresa. Hablar del futuro le inquieta, la pandemia le impide pensar más allá del hoy pero está seguro de que lo que está ocurriendo en la actualidad, indiscutiblemente afecta y afectará la industria musical y cultural en los próximos años. Para él, “los políticos han dejado de lado la cultura en sus decisiones, situación que me afecta y me parece mal”. Además, Manuel es de los que confían en la ciencia y espera que una vacuna pronto cambie el rumbo del mundo.
“Tuve que trabajar para ayudar a mi familia”
Adriana Rosas
28 de diciembre
Adriana salió de Venezuela cuando aún era una niña. La situación política y socioeconómica de su país obligó a toda su familia a migrar. Con su vida en dos maletas llegó a Córdoba, una ciudad que la enamoró desde el día uno, pero que tampoco tiene miedo de dejar si se trata de encontrar sus objetivos. No tiene ataduras, a su corta edad la realidad de la migración forzada ya la ha golpeado un par de veces, “al poco tiempo de llegar tuve que encontrar trabajo para ayudar a mi familia”, cuenta. Para Adriana, la tecnología ha sido clave en la comunicación con sus amigos y otros seres queridos que dejó atrás, como su padre, que aún se encuentra en Venezuela. Con solo 20 años Adriana ya tiene las heridas de una mujer adulta. Sobre el coronavirus, responsabiliza al Gobierno sobre la tardanza en la toma de decisiones, pero también reconoce su cuota de responsabilidad: “nosotros como ciudadanos tenemos que tener más conciencia”.
“Las redes sociales te hacen perder la noción de la vida”
Fernando Niño Cabello
31 de agosto
Tras abandonar la carrera, Ingeniería Electrónica, ahora estudia Obra Civil en el Instituto Séneca de Córdoba porque, asegura, “siempre me ha gustado la construcción, arquitectura y los planos”. Fernando Niño nació y vive en Córdoba capital, donde se siente cómodo. “Está bien irse para ampliar miras, pero yo estoy encantado de estar aquí en Córdoba”, comenta muy seguro acerca de la posibilidad de migrar de la provincia o incluso del país. Mira, como los demás, con incertidumbre hacia el futuro, casi como si no pudiera planear absolutamente nada ahora mismo, y no le falta razón. Sobre la gestión de la crisis y la pandemia, Fernando no titubea en opinar que “todo se podía haber hecho mejor, desde el principio y si se hubiesen tomado las decisiones antes”. Así de crítico también se muestra con el internet, a pesar de haber crecido con él. “Las redes sociales están muy metidas en la vida de las personas y se puede perder la noción de la realidad, de lo que estás haciendo y no sabes dónde te estás metiendo cuando haces algunas cosas”.
No hay comentarios