La habitabilidad centra el debate
El informe Estudio de la Habitabilidad en las Ciudades Patrimonio de la OCPM publicado en 2021 evaluó los aspectos que incidían en la calidad de vida de los centros urbanos
La habitabilidad en los cascos urbanos de las Ciudades Patrimonio ha sido un asunto analizado por la OCPM desde distintos ámbitos con anterioridad a la reunión de Quebec. De hecho, la primera vez que se reunieron las ciudades que contaban con este reconocimiento en la localidad canadiense, lo hicieron bajo el lema ‘Protección de los conjuntos urbanos en período de evolución’. Más tarde afrontaron la influencia del turismo, la educación y la formación en la gestión del patrimonio o la revitalización de los centros históricos han sido alguno de estos temas abordados en los diversos Congresos Mundiales de la OCPM desde su fundación en 1993.
Dos años antes de que tuviera lugar la cita que ha originado el Congreso Mundial que se desarrolla en Córdoba, esta misma organización publicó un informe cuyo principal objetivo se basaba en encontrar cuáles son los factores generales de la habitabilidad que más impactan de manera positiva y negativa a los centros históricos de las ciudades patrimonio mundial, y de esta manera detectar aquellas buenas prácticas que pueden ser extensibles a las demás ciudades y aquellas otras que habría que evitar, ya que podían afectar negativamente. El informe se elaboró con la información presentada por las 34 ciudades de ocho distintas secretarías que participaron en él.
Calidad de vida
La habitabilidad y la calidad de vida son conceptos íntimamente ligados. La definición en la RAE responde a la “cualidad que puede habitarse”. Por tanto, los factores que determinan la habitabilidad y la calidad de vida de un lugar puedan venir determinados por aspectos como el clima, la seguridad, la economía, la sociedad y su cultura, el ambiente y el equipamiento, infraestructura y servicios disponibles con los que cuenta la ciudad. Si bien el concepto de calidad de vida pueda ser diferente según la época y las costumbres sociales, sí que hay necesidades básicas que son esenciales para todas las personas y que sí determinan lo que se puede considerar habitable.
En el caso de las ciudades patrimonio mundial, este concepto adquiere una gran relevancia según revela el informe “por varias razones; por un lado, conlleva a la permanencia de residentes y del uso de suelo habitacional, factores ambos considerados necesarios para conservar el patrimonio cultural. Por otro lado, en términos de desarrollo y regeneración urbana “la habitabilidad significa la habilidad de un centro de mantener y mejorar su viabilidad y vitalidad. Estos dos términos significan la capacidad de un centro histórico de atraer conscientemente inversión y mantenerse vivos”.
En este sentido, el informe continúa afirmando que “los centros históricos, son núcleos urbanos “habitados durante largos periodos de tiempo, que adquieren características que son susceptibles de definirse como patrimonio cultural”. Todo ello no les hace estar al margen de los cambios que se producen a lo largo de la Historia, como es el caso de modificaciones adaptativas a escala urbana tras un conflicto armado o las adecuaciones tras los avances tecnológicos que se produjeron tras la implementación de sistemas hidráulicos y que representan un reto para conservar su identidad. Afrontar todos estos cambios presentes y futuros sin perder la esencia de las Ciudades Patrimonio es el objetivo de este Congreso Mundial que se desarrolla en Córdoba.
Aspectos analizados
Para el análisis de las ciudades se tuvieron en cuenta cuatro factores: el social, el físico, el funcional y el referente a la seguridad a los que se le incorporaron los indicadores demográficos y la conservación patrimonial. En el ámbito social se tuvo en cuenta la organización de la comunidad, la vida vecinal y tradicional o el sentido del lugar y de pertenencia, Respecto al ámbito físico, el informe se centra en el uso y dinámicas del espacio, los tipos de uso del suelo, existencia de subsidios o financiación para la adquisición de vivienda, el grado de conservación de los inmuebles públicos y privados, el paisaje urbano y la calidad del medio ambiente. A nivel funcional, los puntos a tener en cuenta tenían que ver con las oportunidades de empleo, la accesibilidad, el ocio, el equipamiento e infraestructura urbana, las condiciones para los peatones y la funcionalidad de los servicios públicos en los que se incluye el transporte. Para analizar la seguridad se tuvieron en cuenta los índices delictivos, la frecuencia de accidentes, el sentimiento de seguridad o si la ciudad se encuentra bajo amenaza terrorista. Con todas estas variables, el informe concluye que la mayoría de ellas obtuvieron buenos promedios y que, por tanto, son habitables. Sin embargo, destaca que “sus retos principalmente recaen en la actualización de planes de movilidad, protección de uso de suelo habitacional y el desarrollo sostenible de la actividad turística, para que esta no domine o se vuelva la única actividad del sitio”. Por lo que recomiendan “diversificar e innovar en las fuentes de empleo para el desarrollo sostenible de las Ciudades Patrimonio”.
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