Aquel martes de abril en el que la Democracia se hizo presente
Cuatro décadas de ayuntamientos democráticos (1)
Se cumplen los 40 años de las primeras elecciones municipales, unos comicios que en Córdoba dejaron el triunfo en número de concejales para la UCD de Adolfo Suárez, aunque fue el PSOE el que se hizo con más alcaldías en la provincia.
Se cumplen 40 años de un muy importante punto de inflexión en la historia de España en general y de los municipios de la provincia de Córdoba en particular, un punto de inflexión para el desarrollo y la mejora tanto política como social de los mismos. Se cumplen 40 años de aquel martes 3 de abril de 1979 en el que se celebraron las primeras elecciones municipales del actual periodo democrático. Fue apenas un mes después de que se celebraran los segundos comicios generales.
Y sí, fue un martes, un día que era laborable, algo que 40 años después resulta poco menos que inaudito. Ahora las citas electorales se celebran en domingo, pero en aquel tiempo era habitual lo de llamar a las urnas en días no festivos. Las primeras generales, por ejemplo, fueron el miércoles 15 de junio de 1977; y el referéndum que ratificó la Constitución Española de 1978 tuvo lugar el miércoles 6 de diciembre de ese año. No fue hasta el año 1985 cuando se decidió que las elecciones se debían celebrar en domingo para con ello facilitar la participación.
El 27 de enero de 1979, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba el real decreto del Ministerio del Interior, del que era titular Rodolfo Martín Villa (UCD) y firmado por Rey Juan Carlos I, por el que se convocaban “elecciones generales para la renovación de la totalidad de los miembros integrantes de todas las corporaciones locales”. Se acababan así los alcaldes y concejales puestos a dedo.
Esa publicación en el BOE llegaba en un momento en el que había huelgas de la enseñanza y de la hostelería y en el que, como va a ocurrir, en unas semanas, los partidos que se presentaban a las elecciones estaban de resaca. En marzo de 1979 se había celebrado esas segundas generales en las que la Unión de Centro Democrático (UCD) del presidente Adolfo Suárez se había vuelto a imponer en las urnas. No obstante, Suárez necesitaba el apoyo de otros grupos para su investidura, hecho que sucedió tan sólo unos días antes de los comicios locales, cuya campaña electoral se desarrolló en plena Cuaresma.
Todo era novedoso, incluida la forma de la constitución de las que debían ser las nuevas corporaciones municipales, los nuevos ayuntamientos democráticos. Se fijó, por ejemplo, que los concejales electos en los comicios del 3 de abril de 1979 se reunirían a las 11:00 del día décimo a la cita electoral para elegir al alcalde. Una elección que debía realizarse a través del voto secreto de esos nuevos ediles, en un acto en el que acabarían tomando posesión los primeros regidores de la etapa democrática. Además, se fijó que en esa sesión que el secretario y el interventor municipal debían entregar al nuevo alcalde el arqueo de la caja municipal, el estado patrimonial y el inventario de bienes del Ayuntamiento.
Y llegó ese 3 de abril de 1979 en el que en la provincia de Córdoba se iban a elegir 925 concejales, 18 más de los que se elegirán en las próximas municipales del 26 de mayo de 2019 –una cita, esta última en la que además la principal novedad es la designación de nuevos ediles en Fuente Carreteros y La Guijarrosa como nuevos municipios y en el que los plenos de Baena, Rute, Santaella, Obejo y Benamejí se reducen–. Ese día estaban llamados a las urnas 512.533 cordobeses, de los que votaron 349.113, hubo 163.420 abstenciones, no hubo votos en blanco y se registraron 2.760 votos nulos.
En el global de la provincia cordobesa, UCD acaparó el 30,71% de los apoyos con 106.368 votos, lo que se tradujo en 334 concejales; por detrás se situó el PSOE que lideraba Felipe González a nivel nacional, con el 26,74%, 92.626 votos y 258 concejales. La tercera fuerza que más votos recibió de las diez que presentaron candidaturas a las municipales en la provincia de Córdoba –si concentramos las listas independientes– fue el Partido Comunista de España (PCE), de Santiago Carrillo. El PCE acaparó el 24,25% de los votos, con 84.005 apoyos y 183 concejales. Los independientes consiguieron 75 ediles –con el 5,84% de los votos–; 32 el Partido Socialista Andaluz (PSA) –con el 7,67%–; 26 una Coalición Democrática (CD) liderada por Manuel Fraga –con el 2,12% de los votos–; y 17 la Federación de Partidos del Trabajo de España (PTA) –con el 1,96% de los votos–.
Estos resultados, en concreto, se tradujeron en que la provincia de Córdoba se quedó situada en el mapa político nacional como una provincia de izquierdas, puesto que el PSOEsuperó a UCDen número de alcaldías. En concreto, el partido liderado a nivel nacional por Adolfo Suárez consiguió 22 alcaldías en Córdoba, por las 28 de un Partido Socialista que a partir de ese momento comenzó un crecimiento que le llevaría a la Presidencia del Gobierno en octubre de 1982 con Felipe González y Alfonso Guerra como puntas de lanza. No obstante, ese triunfo –entre comillas– socialista en tierras cordobesas no supuso que la primera Diputación de esa nueva etapa democrática estuviera gobernada por un miembro del partido que fundara Pablo Iglesias. Diego Romero Marín, de Unión de Centro Democrático, fue presidente de la Diputación de Córdoba desde el 26 de abril 1979 al 16 de junio 1983. Fue el primer presidente de la institución provincial después del franquismo.
Que la provincia de Córdoba quedaba un poco más a la izquierda que el resto de provincias andaluzas y españolas quedó demostrado también por el hecho de que el Partido Comunista de España obtuvo importantes apoyos tanto en Córdoba capital, donde llegó a la Alcaldía con Julio Anguita –fue la única capital de provincia española en la que triunfó el PCE– como en los núcleos rurales cordobeses de mayor población, en los que consiguió hasta 14 alcaldes. Llama la atención. por ejemplo, que la primera lcaldía democrática de Baena, feudo socialista por excelencia de las últimas décadas, la ocupara el PTA.
UCD, por su parte, consiguió plazas importantes en Lucena y en Puente Genil, pero poco más en lo que a ciudades medias cordobesas se refiere. Montilla, por ejemplo, se tiñó de comunista, al igual que Fernán Núñez, Montalbán, Montemayor, Aguilar de la Frontera y La Rambla, dando nombre a lo que desde ese momento se empezó a conocer como la Campiña roja. Mientras, el PSOEempezaba en las municipales a tomar posición respecto a lo que llegaría en octubre de 1982. Los socialistas gobernaron a partir de 1979 en importantes feudos provinciales como Pozoblanco, Priego de Córdoba, Puente Genil y Montoro.
Una sola mujer en un mundo de hombres
En 1979 la política era cosa totalmente de hombres. Nada que ver con la actualidad, nada de listas cremallera de hoy en día en las que a un hombre sucede una mujer y viceversa. La inmensa mayoría de los integrantes de las distintas candidaturas que concurrieron a las primeras municipales del 3 de abril de 1979 eran hombres. Y tan sólo una mujer consiguió acceder a una alcaldía. Esa mujer que hizo historia ese también día histórico fue María del Pilar Granados Escudero, quien tras los comicios fue la alcaldesa de Villaharta. Hace unos días, la Junta de Andalucía la distinguió en la 22 edición de los Premios Meridiana 2019 por ser primera alcaldesa democrática en la provincia.
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