Carlos Colón
Sobre nuestra entrevista a González
Móviles
Se llama Samsung Galaxy Z Flip 3 5GSamsung Galaxy Z Flip 3 5G, pero en realidad es la segunda versión del smartphone plegable más compacto de la firma surcoreana. En este caso el salto de número, que busca unificar nomenclatura con su hermano mayor, el Análisis del Galaxy Z Fold 3, estaría además justificado por el considerable avance que supone este Flip 3 con respecto al primer modelo lanzado a principios de 2020.
Aquel primer Flip salió a la venta por unos 1.500 euros, mientras que este Flip 3 está en el entorno de los mil entorno de los mil(depende del almacenamiento interno), que sigue siendo objetivamente una cifra elevada pero más en línea con los móviles de gama más alta tanto de Samsung como de otras marcas de la competencia.
En todos sus aspectos, esta nueva versión es mejor que su predecesora. Al tenerlo en la mano, sin abrirlo, ya se aprecia una mejor calidad de construcción y de materiales, con más acero y cristal y menos plástico y una sensación de comodidad aún mayor que en el primer Flip (los nostálgicos de los teléfonos concha lo apreciarán especialmente, aunque sea un poco más difícil abrir este con una sola mano).
Este Flip 3 comparte con el Fold 3 características como la certificación IPX8 contra salpicaduras (no se ha probado con polvo por las partes móviles), la reducción del grosor o la protección del dispositivo (Gorilla Glass Victus y Armor Aluminium en el cuerpo exterior, además de una nueva capa protectora de la pantalla y un rediseño de la estructura de capas para aumentar su durabilidad un 80%, según la ficha).
Aparte de esta evolución en la construcción, el principal cambio de este Flip 3 con respecto a su antecesor es el importante aumento del tamaño de la pantalla exterior, que pasa de 1,1 pulgadas a 1,9 (Super Amoled, con resolución de 260 x 512 y 302 ppi).
Esa pantalla, poco más que un adorno en el primer plegable, permite ahora acceder a ajustes rápidos, notificaciones, Samsung Pay para pagar sin necesidad de abrir el teléfono y una variedad más de elementos que, con los widgets disponibles, podemos instalar ahí.
Esta pequeña pantalla, como en su antecesor, sirve también de vista previa para que, al tomar imágenes con la cámara principal, el modelo pueda comprobar el encuadre. Eso con el teléfono abierto, porque con el teléfono cerrado podemos hacer selfies con la cámara principal usando esa pantalla de visor y el botón de volumen para disparar.
Por su parte, la pantalla principal sigue siendo de 6,7 pulgadas, pero ahora es FHD+ Dynamic Amoled 2x (relación 22:9), Infinity Flex con resolución 2640 x 1080 y 425 ppi, además de tasa de refresco adaptativa de 120 Hz. Las pantallas son uno de los puntos fuertes en cualquier teléfono de Samsung y la de éste no es una excepción.
En su interior, el Flip 3 cuenta con un procesador de cinco nanómetros y ocho núcleos, además de 8 GB de memoria RAM (hay dos opciones de almacenamiento: 128 y 256 GB) que le dan potencia más que suficiente para el día a día e incluso para actividades más exigentes como edición de vídeo, reproducción multimedia o videojuegos. Hemos probado con él casi de todo y la respuesta ha sido siempre impecable.
Por lo que respecta a la batería, lleva una dual de 3.300 mAh con carga rápida de 15 W.
Hemos comentado que la pantalla de este Flip 3 está a la altura de las de otros teléfonos de gama alta de Samsung, pero en las cámaras no podemos decir lo mismo. Son muy buenas, sí, y en combinación con el software propio proporciona resultados de gran calidad, pero no tan buenos como los que se obtienen por ejemplo en la serie Galaxy S21 o, en definitiva, los que uno podría esperar de un teléfono de mil euros.
El Flip 3 lleva una cámara frontal de 10 megapíxeles F2.4, FOV 80 grados, y una doble cámara trasera: ultra gran angular de 12 megapíxeles (F2.2, FOV 123 grados) y un gran angular de 12 megapíxeles, pixel dual con autofoco y estabilización óptica, F1.8, FOV 78 grados, zoom digital de hasta 10 aumentos, grabación HDR10+ y autofoco de seguimiento, entre otras características.
Uno de los grandes hallazgos de los plegables de Samsung es su Modo Flex, que permite distintos ángulos de apertura que amplían a su vez las opciones que ofrecen las aplicaciones. Aunque evidentemente el tamaño del Fold es más versátil para estos menesteres, el Flip ofrece unas cuantas posibilidades interesantes.
Las aplicaciones principales propias de Samsung y las preinstaladas de Google (Duo, Gmail, YouTube, etc.) están adaptadas para aprovechar el modo Flex. Si queremos habilitarlo en todas, hay que activarlo desde el menú Labs de los ajustes.
Este modo Flex permite que ocurran cosas diferentes en las dos partes de la pantalla. Con la cámara, por ejemplo, tendremos en un lado el visor y en el otro ajustes o la previsualización; en YouTube, en uno el vídeo y en el otro la descripción, comentarios... Cada aplicación que abramos ofrecerá distintas opciones, que se pueden ajustar a lo que más nos convenga.
Además, con la multitarea se pueden tener abiertas varias aplicaciones a la vez (y seleccionar el tamaño con el que queremos verlas) e interactuar entre ellas, para acciones como arrastrar texto, imágenes o enlaces de una a otra.
El Z Flip 3 pesa 183 gramos y mide, plegado, 8,6 x 7,2 centímetros (1,7 centímetros de grosor en su parte más ancha, la de la bisagra), por lo que cabe con holgura en cualquier bolsillo.
Está disponible en siete colores: Phantom Black (negro), crema, verde oliva, lavanda, gris, blanco y rosa (estos tres últimos en exclusiva en la web de Samsung) y se puede combinar con una variedad de fundas con distintos colores y diseño.
Si, a pesar de todo, el usuario en cuestión no halla un estilo que le satisfaga, puede echar un vistazo a la Bespoke Edition, con una paleta de 49 combinaciones posibles de colores.
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