El Parlamento Europeo aprueba la reforma de los derechos de autor en internet
Copyright en la UE
El texto rechaza controlar de forma masiva las publicaciones en busca de obras protegidas, pero exige a las plataformas que busquen la forma de seguir protegiendo las obras con copyright.
Estrasburgo/El pleno de la Eurocámara aprobó un nuevo texto para reformar los derechos de autor en internet que rechaza controlar de forma masiva las publicaciones en busca de obras protegidas, aunque las plataformas deberán encontrar la manera de seguir protegiendo las obras con copyright.
Los eurodiputados votaron sobre la puesta al día de la legislación de los derechos de autor tras haberse dado el pasado 5 de julio una tregua de dos meses para introducir enmiendas y por la presión de usuarios y lobbies de internet.
La nueva directiva incluye que las grandes plataformas de internet deban establecer sistemas de filtrado de publicaciones de usuarios para asegurarse de que nadie infringe las normas de derechos de autor, aunque esa vigilancia no podrá ser indiscriminada. Los memes y los hipervínculos forman parte de las excepciones a la norma, que también alcanzan a plataformas sin ánimo de lucro como Wikipedia.
La propuesta final de la Eurocámara busca asegurar que los autores, en especial músicos, intérpretes, editores y periodistas, reciban una remuneración apropiada por su trabajo cuando se comparte en grandes plataformas y agregadores de noticias, que serán responsables de las infracciones de los derechos de autor cometidas en ellas. La propuesta establece además que las enciclopedias en línea sin fines comerciales o las plataformas de software de código abierto no estarán sujetas a las reglas de protección de los derechos de autor.
Los polémicos artículos 11 y 13
El Parlamento Europeo ha respaldado los artículos 11 y 13 de la directiva, que han generado una importante polémica en estos últimos meses.
El artículo 11 otorgará a los editores de prensa el derecho renunciable a reclamar compensaciones por compartir sus artículos o fragmentos de ellos mismos en plataformas digitales o redes sociales.
Por su parte, el artículo 13 obligará a dichas plataformas y redes sociales (Google, Facebook, Twitter, YouTube...) a controlar que los contenidos que comparten sus usuarios no infringen derechos de autor. En concreto, los "proveedores de servicios de intercambio de contenidos en línea" tendrán que adoptar "medidas adecuadas y proporcionadas" para garantizar "el correcto funcionamiento de los acuerdos" alcanzados con los titulares de derechos para el uso de sus obras. Si no existen tales acuerdos, las plataformas digitales tendrán que actuar para asegurar "que no se compartan ni estén disponibles aquellas obras o trabajos que puedan infringir derechos de autor".
El texto fue aprobado por 438 sufragios a favor, 226 en contra y 39 abstenciones. Ahora volverá a debatirse en comisión parlamentaria para iniciar una negociación interinstitucional con el Consejo de la UE y la Comisión Europea.
Rechazo del texto presentado en julio
Más de doscientas enmiendas se han presentado para mejorar el texto presentado en julio, que ha movilizado a los gigantes tecnológicos, pero también a los consumidores para influir en la futura ley mediante numerosas iniciativas.
El texto que rechazaron los eurodiputados en julio contenía dos puntos polémicos que debían servir para recabar más dinero para los autores o medios de comunicación.
Por un lado, el establecimiento de un canon que deberían pagar las plataformas a medios de comunicación y autores de contenido cuando lo reproduzcan. Se trataría de establecer un canon como el que pagó en su día Google News y que llevó a la plataforma a cerrar el servicio en países como España o Alemania.
En segundo lugar, el establecimiento de un filtro de contenido que desarrollarían y establecerían las plataformas para asegurarse que se ha pagado el copyright por el contenido (fotos, canciones, obras de arte) que los usuarios quieren subir a la red.
Para los detractores, el establecimiento de algoritmos que puedan filtrar elementos sujetos a copyright significa desarrollar tecnologías que pueden vulnerar la privacidad y la libertad de expresión.
¿El fin de la libertad en la Red?
Tras el voto, el ponente de la Eurocámara, el conservador alemán Axel Voss, afirmó que estaba "muy satisfecho" porque "pese a la enorme campaña de lobby por parte de los gigantes de internet, ahora una mayoría" del parlamento ha respaldado "la necesidad de proteger y pagar de forma justa a los creadores europeos". "Estoy convencido de que, una vez que se ponga en marcha (la directiva), internet podrá seguir siendo tan libre como es ahora", añadió Voss, en respuesta a las críticas de numerosos usuarios de la red que temen que se coarte su libertad de expresión por las nuevas normas.
La directora del lobby de consumidores europeos BEUC, Monique Goyens, lamentó el resultado del voto y dijo que está fuera de su alcance "entender por qué los legisladores europeos no quieren poner en consonancia con el siglo XXI su legislación de derechos de autor". "Los consumidores se expresan hoy en día compartiendo y creando y mezclando música, vídeos y películas. Los eurodiputados han decidido acabar con esa libertad de expresión e innovación", añadió en un comunicado.
Por su parte, el lobby de plataformas de internet Edima lamentó igualmente que la misma Eurocámara que en julio bloqueó la votación del texto solo dos meses después y con "apenas cambios" haya dado luz verde al dossier. Populares y socialdemócratas europeos votaron mayoritariamente a favor de este enfoque proteccionista con los derechos de autor que rechazaron, sin embargo gran parte de los liberales europeos, ecologistas e Izquierda Unitaria.
Eurodiputados españoles
Para el eurodiputado José Blanco (PSOE), las grandes plataformas "controlan el mercado de la publicidad, explotan nuestros datos, controlan lo que consumimos", señaló. "Y, además, sin pagar lo que es justo a quien crea esos contenidos. La libertad de expresión no está en riesgo con la propuesta de reforma sobre el copyright, al contrario, se refuerza al reforzar las voces más libres que existen en una sociedad, sus creadores", agregó.
En cambio, Marina Albiol (IU) se sumó al voto en contra al considerar que la directiva "no se ha hecho ni pensando en los derechos de los trabajadores de la cultura, ni en el derecho de la ciudadanía a acceder a la cultura, ni tampoco en el de un entorno tecnológico con derechos". "Se ha sacado adelante con el objetivo de regular el conflicto entre las grandes empresas de creación de contenidos y las grandes empresas de distribución", indicó.
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