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Luleå (Suecia)/La Unión Europea (UE) y Estados Unidos acordaron este miércoles en Luleå (norte de Suecia), en la cuarta edición del Consejo de Comercio y Tecnología (TTC), impulsar su cooperación en tecnologías emergentes, comercio sostenible y seguridad económica.
En la cita tuvo un papel destacado la cada vez más controvertida inteligencia artificial, tecnología sobre la que Bruselas y Washington han comenzado ya a trabajar en un código de conducta voluntario.
En una declaración conjunta difundida al término de este foro ministerial, ambos resaltaron los avances registrados en el campo de los semiconductores, implementando acuerdos sobre alerta temprana en la cadena de suministro y la transparencia en los subsidios y poniendo en práctica un mecanismo para prevenir las "competiciones por subsidios".
Las partes han profundizado también la cooperación en sus respectivas leyes sobre chips y unirán fuerzas para investigar cómo sustituir los PFAS -una clase de productos químicos altamente usados- en las cadenas de suministros de semiconductores.
La UE y EEUU acordaron además un estándar internacional común en sistemas de recarga para vehículos pesados eléctricos y desarrollaron recomendaciones para implementar infraestructura de recarga con fondos públicos.
Acelerar la cooperación hacia una visión común y una ruta industrial sobre sistemas de comunicaciones inalámbricas 6G, así como proyectos de conectividad sólidos y seguros en terceros países, fueron otros de los compromisos del foro, que ve grandes oportunidades pero a la vez riesgos en las tecnologías de inteligencia artificial.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, resaltó en una rueda de prensa conjunta las discusiones "intensas" y "productivas" sobre ese área y destacó el rol del TTC en la creación de un código de conducta voluntario vinculado al uso de la inteligencia artificial.
"Necesitamos sistemas de inteligencia artificial generativa responsables", afirmó en la misma comparecencia la vicepresidenta de la Comisión Europea para la Era Digital, Margrethe Vestager, quien añadió que en "próximas semanas" se elaborará un código, que incluirá aportaciones de la industria y de otros sectores.
Vestager resaltó la rapidez con que se está desarrollando esa tecnología y que es necesario impulsar un código voluntario, porque no se puede esperar a que entre en vigor la ley que las instituciones europeas están discutiendo, ya que no podrá aplicarse como muy pronto antes de 2026.
La comisaria ha reconocido que "esto es más grande que Europa y Estados Unidos", por lo que ha animado a ambos actores a "tomar la iniciativa" para impulsar una normativa que ayude a todos a sentirse "más cómodos con el hecho de que la inteligencia artificial ya esté en el mundo y se desarrolle a una velocidad asombrosa".
"Estamos trabajando en un código de conducta que pueda aplicarse ya y se anticipe al avance de la inteligencia artificial", indicó, antes de apostillar que "la democracia debe demostrar ser tan rápida como la tecnología", consciente de que "las primeras legislaciones al respecto no llegarán, en el mejor de los casos, hasta dentro de tres años".
Una convicción compartida por Blinken, quien ha hecho hincapié en el "desfase" que existe entre la aparición de nuevas tecnologías y el tiempo que tardan los gobiernos y las instituciones en averiguar cómo legislar sobre ellas o regularlas: "Sentimos la feroz urgencia de hacerlo ahora, sobre todo, para que podamos mitigar algunos de los posibles inconvenientes y amplificar las ventajas de esta extraordinaria tecnología".
La declaración conjunta, que insta a las plataformas en internet a ejercer "mayor responsabilidad" en proteger a los menores, mostró su "profunda" preocupación por el uso estratégico de "narrativas de desinformación" por parte de Rusia y llamó a combatir "la manipulación de información extranjera e interferencia en terceros países", sobre todo en América Latina y África.
La UE y EEUU, cuyo comercio bilateral alcanzó el año pasado cifras récord de 1,55 billones de euros, mostraron su voluntad de aumentar las relaciones comerciales facilitándolas en sectores claves.
Así, extendieron el reconocimiento mutuo de productos farmacéuticos a medicamentos veterinarios y actualizaron las reglas para equipos marinos, además de seguir trabajando para facilitar evaluaciones de conformidad en sectores como el de la maquinaria.
Las partes acordaron un programa de trabajo para la Iniciativa transatlántica sobre comercio sostenible, que permitirá una cooperación más estrecha para avanzar en la transición verde, así como ajustar las regulaciones relacionadas con restricciones a las exportaciones en "artículos sensibles" a Rusia y Bielorrusia.
El TTC insistió asimismo en la importancia de un escrutinio robusto de la inversión extranjera para responder a riesgos de seguridad nacional específicos, y de coordinación para diversificar las cadenas de suministros, abordar prácticas y políticas de sectores no comerciales y la coerción económica.
La cuarta edición del TTC, organizada por la presidencia sueca del Consejo de la UE, contó con la presencia de los vicepresidentes ejecutivos de la Comisión Europea Margrethe Vestager y Valdis Dombrovskis, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, así como la representante Comercial de EEUU, Katherine Tai; el secretario de Estado, Antony Blinken, y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.
Esta plataforma fue impulsada en la cumbre UE-EEUU de junio de 2021 para que ambas partes coordinen enfoques sobre cuestiones comerciales, económicas y tecnológicas mundiales clave, y ayudar a profundizar las relaciones comerciales y económicas transatlánticas sobre la base de valores compartidos.
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