Cuánto tiempo deben pasar los niños frente a una pantalla
Pantallas
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Nuestros abuelos y padres son totalmente analógicos; no han terminado nunca de comprender la era digital en la que estamos imbuidos y que ha supuesto una verdadera revolución tecnológica a través de Internet, herramientas TIC's y dispositivos de toda índole: televisiones, ordenadores, smartphone, tabletas y libros electrónicos... Todos ellos han creado una nueva cultura digital que ha supuesto, al mismo tiempo, un modo distinto de trabajar, aprender o ejercer el ocio.
Precisamente, los más pequeños -llamados generación alfa nacidos después de 2010-, que pueden pasarse horas y horas frente a cualquier dispositivo móvil, suelen hacer bastante uso de estas tecnologías que, como todo, requiere de mucha pedagogía y paciencia, por parte de los padres, para controlar su uso de una manera responsable.
Ya se lo preguntaba Albert Einstein: “¿Por qué la magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la vida más fácil, nos aporta tan poca felicidad? Porque aún no hemos aprendido a usarla con tino”.
Por tanto, defienden muchos expertos, estas herramientas e innovaciones, y el nuevo contexto cultural creado a su alrededor, se debería usar con el fin de mejorar la educación y el aprendizaje de los niños y niñas, además de aportar valor a las personas y a la sociedad.
Pautas
Sin embargo, más allá de esas metas, existen otros asuntos más prosaicos y prácticos que atender derivados de las PVD (Pantallas de Visualización de Datos) con las que cuenta todos los dispositivos actuales. Consecuencia de ello sería los trastornos musculoesqueléticos, en la parte alta de la espalda, fatiga mental y problemas visuales, vinculados estrechamente con la frecuencia y duración de los más pequeños delante de las PVD. Hasta tal punto, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja para niños menores de cinco años que no vean la televisión ni jueguen con ningún tipo de pantallas. Un consejo que no parece seguirse mucho si se pone atención el tiempo que los propios padres pasan delante del móvil. ¿Cómo podemos obligar a nuestros hijos a que no hagan lo que nosotros no somos capaces de hacer?
Es, por ese motivo, que según algunos pediatras, lo recomendable es que los adultos, ahora que estamos en confinamiento por el COVID-19, deberían comenzar ellos mismos por hacer una dieta tecnológica que, según también la OMS, redundará en una mejor calidad del sueño y, en consecuencia, más energía durante todo el día. Además de eso, de entrada, asumiendo que puede que haya ciertas tareas que impliquen la digitalización, para los niños en edad preescolar, la utilización de los dispositivos móviles no debería superar más de una hora al día, intentando -consejo para todas las edades infantiles-, utilizarlos en favor del movimiento y la interacción social. Por ejemplo, hacer que los niños disfruten con juegos de movimiento de baile o realizar llamadas a algún familiar. De esta manera se previene también el sedentarismo y se fomenta las relaciones afectivas.
Lo mejor es prevenir
"La infancia es un período de rápido desarrollo físico y cognitivo y el tiempo durante el cual los hábitos de los niños se van formando", explica la OMS a través de un documento guía para la rutina de los menores.
Atendiendo a esa premisa como bases, desde la organización recomienda a los padres para los bebés de menos de un año, un mínimo de 30 minutos de actividad física al día, absolutamente nada de pantallas, que tanto les afectaría a la vista en plena formación, y un sueño de entre 14 y 17 horas.
Para los pequeños de entre uno y dos años, se propone 180 minutos de ejercicio, un máximo de una hora de televisión o pantallas (conjuntamente) y entre 11 y 14 horas de sueño.
Para los niños y niñas de entre tres y cuatro años, la OMS aconseja tres horas de actividad física y un máximo de una hora de utilización de dispositivos con pantallas, sin olvidar sus 10 o 13 horas para dormir.
La idea es reducir el impacto de las PVD en los estilos de vida, más sedentarios de lo deseable en muchos niños, sacando todo el partido posible a la era digital pero desde un punto de vista responsable y al servicio de las personas.
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