Filtros HEPA: qué son y cómo escoger el adecuado
Coronavirus
Habituales hasta ahora solamente para alérgicos o personas con afecciones respiratorias, el coronavirus ha disparado la demanda de aparatos que limpian el aire que nos rodea usando este tipo de filtros
Llevamos casi un año a vueltas con el coronavirus. Desde que en enero la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia internacional por el SARS-CoV-2, se han sucedido los estudios sobre sus modos de transmisión y, pese a la reticencia de algunas autoridades (la propia OMS incluida), casi nadie duda ya que la principal forma de contagio de este coronavirus es por el aire.
Como ha comentado en más de una ocasión el experto mundial en aerosoles José Luis Jiménez, la cerrazón de la OMS no tiene más explicación que el apego a paradigmas tradicionales como el que hizo que tardase décadas en admitir que el sarampión se transmitía por el aire.
La otra explicación es que la idea de enfermedades que viajan por el aire que nos rodea y permanecen en él da bastante miedo. Es mucho más controlable, por así decirlo, algo que se deposita en superficies y que puedes limpiar en un momento. Pero si la única forma de contagiarnos fuese tocar algo sobre lo que un infectado ha tosido y después llevarnos la mano a la cara no se entendería la propagación de este virus.
¿Cómo evitar contagiarnos con el coronavirus?
Una vez aceptado que el coronavirus se transmite por el aire llega el siguiente problema: ¿cómo evitar entonces contagiarnos? La respuesta ya la sabemos a estas alturas, o deberíamos: permanecer el menor tiempo posible en lugares cerrados y concurridos, ventilar esos espacios, mantener una distancia de dos metros con los demás, usar mascarilla (mejor una FFP2) y usarla bien (nariz y boca bien tapadas, ajustada bien sobre la nariz, bajo la barbilla y en los laterales y no quitársela al hablar).
Todo esto ya lo sabemos, pero a la vista de cómo estamos es evidente que no lo cumplimos o, al menos, no lo cumplimos como sociedad. Casi un año después de que todo esto empezara seguimos, como sociedad, sin concienciarnos de lo que tenemos encima, y basta fijarnos en cómo llevan los demás las mascarillas (si las llevan) y cómo se ventilan espacios cerrados y concurridos (es llamativo que en los hospitales haya tan pocas ventanas) para caer en la paranoia. Ante esto solo nos queda una cosa: protegernos y proteger a los nuestros. Y una herramienta útil para ese propósito son los filtros HEPA.
Filtros HEPA
Bien conocidos por los alérgicos, los filtros HEPA (high-efficiency particulate air) son un tipo de filtros de alta eficiencia capaces de eliminar partículas muy pequeñas (alérgenos, dióxido de carbono, virus...) y que suelen incluirse en aspiradoras o purificadores de aire.
Estos últimos electrodomésticos, los purificadores de aire, están especialmente indicados para espacios cerrados con una pobre ventilación natural (sin ventanas, por ejemplo) o artificial (aparatos de aire acondicionado que recirculan el aire en lugar de introducir aire renovado del exterior).
Aunque recomendables, los filtros HEPA no son imprescindibles en entornos domésticos, bien ventilados (ventanas abiertas, con flujo de aire) y con personas sin afecciones respiratorias o alergias. Sí son muy aconsejables en entornos públicos y concurridos en los que no se pueda garantizar una buena ventilación.
¿Cómo escoger un filtro HEPA?
La popularidad de los dispositivos con estos filtros y las consultas se dispararon con el inicio del curso escolar, y en estos últimos meses esa demanda no ha disminuido. Son numerosos los aparatos con estos filtros a la venta, tanto purificadores como humidificadores, pero es complicado saber cuál es el que necesitamos.
El filtro HEPA es un estándar, así que lo que debemos mirar es la cantidad de aire limpio que produce el dispositivo en cuestión. Ese parámetro se llama CADR (clean air delivery rate, tasa de suministro de aire limpio) y debe indicarse en la ficha del producto como metros cúbicos por hora.
Para saber cuánto aire limpio necesitamos para un determinado espacio (un aula, un comercio, un bar) podemos usar esta calculadora de filtros HEPA creada por Fernando Lobato a partir de un recurso facilitado por Pablo Fuente, que en este repositorio ha recopilado multitud de documentos sobre el coronavirus, su transmisión por aerosoles y la ventilación, entre otros asuntos.
En esa calculadora introducimos las dimensiones del espacio en el que queremos colocar el purificador y si su ventilación natural es buena y nos facilitará la CADR mínima que necesitamos. En esa web aparece también un listado de dispositivos recomendados, pero más allá de marcas o precios, debemos fijarnos en la CADR, en el flujo de aire limpio que requerimos para mantener un determinado entorno lo más limpio posible de virus (y de contaminación y alérgenos en general).
Y una cosa más a tener en cuenta: los filtros HEPA no sustituyen a las mascarillas, los dos metros de distancia o lavarse las manos. Todas estas medidas de seguridad son acumulativas.
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