Las hormonas del apetito
Ciencia hoy

En muchas ocasiones la falta de tiempo hace que se visite el supermercado a la hora de la comida, lo que puede provocar que se llene el carrito de la compra más de la cuenta. Esto se achaca al hambre que se sufre en el momento pero según indica un estudio realizado por el equipo de Alain Dagher, de la universidad canadiense de McGill, en Montréal, la causante de este efecto es una hormona.
El neurólogo señala que cuando el estómago está vacío, éste segrega la hormona ghrelin (grelina), que es la que impulsa a comer. Dagher descubrió que además estimula regiones cerebrales que hacen que los seres humanos reaccionen más a los estímulos visuales de alimentos, informa la revista alemana Bild der Wissenschaft en su edición de septiembre.
El equipo de Dagher inyectó a 12 voluntarios una pequeña dosis de la hormona y luego les mostró imágenes de alimentos como una pizza o una hamburguesa. Después de tomar las muestras de sangre para medir los niveles de la hormona los hombres se expusieron a 45 imágenes distintas. Daugher y sus asociados hallaron que durante su segunda visualización, los informes de hambre fueron significativamente mayores entre los hombres que recibieron la infusión de grelina.
La actividad en el cerebro era registrada mientras tanto con escáners. Los científicos constataron el aumento de la actividad cerebral en las zonas que coordinan las respuestas a los estímulos externos y los recuerdos. La actividad cerebral incrementó en un amplio espectro de regiones asociadas a la recompensa, Las regiones activadas eran la agmíndala, la parte derecha del hipocampo, la ínsula anterior y medio dorsal, y las regiones en la parte izquierda del pulvinar.
Los investigadores sugirieron que los hallazgos podrían conducir en última instancia a tratamientos para la obesidad basados en la interrupción del efecto de la grelina. "El problema hoy día es que tenemos esta imperiosa necesidad evolutiva de comer, pero ahora vivimos en un ambiente en el que no hay que gastar energía para conseguir la comida", destacó. "Lo que significa que tiene sentido pensar en el apetito como un tipo de adicción. Por tanto, si queremos abordar el hecho de que la obesidad es ahora el asesino número uno en el mundo, tenemos que afrontar el problema del mismo en que lo hacemos con el tabaquismo". Este estudio nos da nueva información sobre las formas adicionales en la que esta hormona en particular podría actuar. En la misma revista, un estudio de animales independiente proveniente del Centro médico de la Universidad de Duke señala una nueva forma con un gran potencial para ayudar a la gente a controlar su apetito y su peso.
El presunto "efecto hedonista" de la hormona grelina se despliega en las mismas regiones del cerebro relacionadas desde hace tiempo con la adicción a las drogas, motivando la gente a comer aún cuando no exista una razón nutricional para ello. Gagher observó en el estudio que el sistema real tiene que ver con un impulso por la comida que no está relacionado para nada con el hambre.
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