Felipe González en 'El Hormiguero': "No es lo mismo gobernar que estar en el gobierno"
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¿Qué hará David Broncano desde septiembre en TVE? Calculamos que después de mucho esfuerzo seguirá abocado al desastre de audiencia. Ya se lo están oliendo por su casa. La Broncanosfera no tiene nada que hacer. El de La resistencia todavía tendría cierta oportunidad si es capaz de sacar partido, de verdad, a entrevistados de altura, de primer nivel. Pablo Motos apenas lo ha conseguido y lleva años aprendiendo a entrevistar, pero cuando aparece por plató alguien como Felipe González sabe que sólo tiene que dejarse llevar. El invitado ya sabe lo que tiene que decir. Y FG llegó, vio, venció y dijo mucho. Todo lo que tenía en la cartera.
El presidente de Bellavista puede permitirse estar tan crecido como realmente ha aparecido este jueves en El Hormiguero, ajustando más de una cuenta con los dirigentes del partido que aupó hasta la Moncloa en tiempo pre-modernistas. No entiende que el PSOE actual se resigne a "papeles subsidiarios" en Galicia, en el País Vasco... Él nunca lo haría. Nunca lo habría permitido. Nostálgico al hablar de Rubalcaba, el sanchismo ha difuminado su labor como lágrimas en la lluvia. Pero su influencia está intacta. Tal vez mayor que nunca. Sacó de inmediato otro nombre, Lambán. En el PSOE no se perdona la más mínima disidencia, ejercicio que se promovía en los congresos de los años 70, 80, 90... Otros tiempos.
Ni aunque Pablo Motos llamara a Milei o convocara en una noche a Aznar, Rajoy, Feijóo, Ayuso y hasta si se tercia Santiago Abascal incluido en el lote, reunirían tanto terror y leña hacia el Gobierno de Pedro Sánchez como representa González Márquez. En forma. Desde la calma, la distancia y la experiencia. ¿España se puede permitir un conflicto con Argentina? "Por supuesto". Otra cosa es cuánto nos cuesta. El Papa ya aguantó las impertinencias de Milei y no dijo ni mu. El dirigente argentino cayó por su peso, que es bastante.
El ex presidente ha sido pura ironía de los pareceres y unanimidades búlgaras del PSOE de Pedro Sánchez. Cómo es capaz de liarla por unas palabras de Milei. ¿Es liderazgo las continuas ocurrencias del monclovita? Felipe, como se le conocía, sin apellido, recuerda que la misión del dirigente es pensar y dudar. Y así, decidir y avisar.
"Y no es lo mismo gobernar que estar en el gobierno", insistió sobre el desgaste de esas decisiones y de las presiones de los demás. Él se llevó tres años aguantando a diario desde el PP la cantinela de "váyase señor González".
El presidente del 82 apareció con un ejemplar de la Constitución del 78 en mano, recordando que Cataluña fue el territorio que por mayor número apoyo la Carta Magna. Es hora de seguir asumiendo ese compromiso con la democracia. Y allá las amnistías de cada cual.
Le mandó un recado incluso a Yolanda Díaz, "que resta más que suma". Su posición en el conflicto de Gaza es el de la equidistancia diplomática, con las razones de cada cual. España bregó en los acuerdos entre Israel y Palestina en los años 90, papel mojado.
Una petición: "tienen que arreglar el Consejo General del Poder Judicial". Ya. Soluciones serias de consenso. Al menos a Felipe le queda el humor, dice.
Y como consejo a los políticos de hoy: estar en la naturaleza, "conocer el paisaje y paisanaje". Desde la ventanilla del avión no vale.
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