La dama y la santa, Concha Velasco fue la reina de la TV
Fallece la actriz vallisoletana que era el nombre de brillo de los especiales de TVE. Fue en su momento el fichaje más caro de Telecinco
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Los Morancos debutan en un programa en directo en esos especiales de Nochevieja de Fernando Navarrete. Para ese maratón sin red que dé paso a 1985 ha fichado a la mejor. La primera actriz 360 de nuestro cine y teatro: canta, baila, actúa y da juego. No se la pierdan.
Y toda España se reúne bajo el paraguas de su nombre que resume el entretenimiento Concha Velasco (1939-2023), que estás ya en los cielos, al ladito de las otras estrellas. La vallisoletana se atreve con todo, que es maestra en improvisar aunque se trastabille cuando vaya a dar paso al primer desnudo integral erótico en la cadena pública y única, Cicciolina. Pero antes debe atender a dos mormones que bailan flamenco, que le piden un poco de sorpresa.
"Mientras no me quitéis las bragas ante el público haced lo que queráis", fue su exigencia. Y con Concha sorprendida Los Morancos sorprendieron al país, que a esa hora no tenía nada mejor que hacer que tomar sidra ante el televisor. Concha siempre fue espectáculo y de ahí que incluso tuviera un espacio los sábadod por la noche llamado así. Todo refulgía en torno a su sonrisa. Tal vez no ha habido nadie tan currelante como ella. Cuando fichó por la Telecinco de las Mamachicho le pagaron 500 millones de pesetas (a saber cómo se los gastó su marido, Paco Marsó) así que cada 'Queridos papis' de la sobremesa salía por medio millón. Bien pagados, porque Concha siempre aportaba mucho más.
Y en la tele siempre fue mucho. Ya fue la chica yeyé en la película Historias de la televisión, de quien fue su pareja Sáenz de Heredia. No se prodigó por entonces en aquella TVE, el cine la tenía absorbida pero sí aceptó debutar en como Santa Juana de Arco en el espacio teatral 'La alondra', en 1964. Una obra de Jean Anouihl adaptada por el siempre certero (entonces) Gustavo Pérez Puig.
Su gran trabajo en TVE fue como santa también, como la sublime Santa Teresa de Jesús de la cordobesa Josefina Molina, en 1984. Miniserie de prestigio de factura cinematográfica. La ficción de la carmelita se estrenó pocos meses antes de esa Nochevieja en directo de Los Morancos. E incluso en un alarde de versatilidad aparecía de vedette en 'El águila de fuego' con 'La comedia musical española'. Siempre dejaba huella en TVE, ya fuera como doña Inés en 'Estudio 1' como invitada en 'Tariro Tariro', en la mejor entrega de aquel programa de La Trinca. Estos dueños del entretenimiento al por mayor en los 90 tomaron nota. Las siete y más vidas de Concha, que superó un cáncer y volvió a las series en la pasada década, le permitió incluso aparecer en una ficción de Netflix, en 'Las chicas del cable'.
Y en 'Velvet', en Antena 3 coincidió con Miguel Ángel Silvestre o Paula Echevarría. Y con su sobrina, Manuela Velasco "¿de qué me suena esta chica?", preguntaba con la mirada ladeada. Complicidad con el espectador de quien fue Goya de Honor y tenía todos los honores. Mamá quiero ser artista, cantaba la musa de Antonio Gala. Despidió a un galán como Juan Luis Galiardo cuando él era el mayordomo y ella la gobernanta de 'Gran Hotel', en 2012. La serie de Bambú cerró de forma muy respetuosa al fallecido actor haciendo que se marchaba en moto mientras dejaba llorosa a Concha. Todos hemos llorado con Concha. Y hoy, aún más. Esta predestinada a ser la presentadora de 'Cine de barrio', ella que había sido la novia ideal de Manolo Escobar en tantos títulos. Y tuvo que dejar el programa
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