Blanca Portillo, la última incorporación al 'Paseo de la fama' de Taberna Chico Medina

Los también actores Asier Etxandía y Emilio Gutiérrez Cava fueron quienes aconsejaron a Blanca Portillo que "para comer de lujo y auténtica comida cordobesa" fuese a Taberna Chico Medina (Calle Historiador Díaz del Moral, 4).

¡Dicho y hecho!

La actriz madrileña interpretó ayer en el Gran Teatro de Córdoba el monólogo 'Silencio', pero sacó tiempo para darse un buen homenaje en el céntrico restaurante.

Tanto ella como sus acompañantes degustaron salmorejo cordobés en formato tapa. Como plato principal, Portillo se decantó por merluza en salsa de puerros y zanahorias. Mientras que sus compañeros de mesa, hicieron lo propio con patatas con gulas, pimientos del piquillo rellenos de merluza y gambas, y berenjenas con miel de caña.

Tampoco falló el fin de fiesta, cuando los hermanos Raquel y Javier Medina los agasajaron con leche frita flambeada con anís seco de Rute, sus míticos pestiños, bombones y Pedro Ximénez.

Así no es de extrañar que por su terraza y su acogedor salón hayan pasado celebrities como el bético Joaquín, la cantante Ana Belén, representantes del séptimo arte como Lluis Homar, Adriana Ozores, Juana Acosta, Miguel de Miguel y modelos de la talla de Eva Pedraza o Raquel Rodríguez.

"Blanca Portillo fue absolutamente encantadora. Nos insistió en que le había encantado comer en nuestra casa y que volvería. Además, nos pidió que pusiéramos la foto que me hice con ella junto a la de sus compañeros de profesión que han pasado por nuestra casa", confiesa Javier Medina, chef de Taberna Chico Medina.

La palabra más importante

Silencio, el monólogo interpretado por Blanca Portillo, ha sido sin duda uno de los mayores retos interpretativos para Portillo. Ha sido dirigida por Juan Mayorga, que lleva a escena su propio discurso de ingreso en la Real Academia de España, donde ocupa la silla M de la institución desde mayo de 2019.

Al saber que iba a entrar en la casa de las palabras, Mayorga cuenta en una entrevista que se preguntó "cuál es la palabra más importante para el teatro, aquella que sería la última a la que renunciaría para hacer teatro. Y fue silencio", se respondió.

A lo largo de la función, Portillo se mete en la piel del dramaturgo y se desdobla en otros muchos personajes en una actuación impecable que va desde el viaje por silencios teatrales que resuenan en la memoria y en el cuerpo del autor, hasta silencios escénicos interpretados por míticos personajes de la historia del teatro, desde Antígona a Hamlet.