Córdoba ya tiene un menú degustación con su nombre , ¿qué incluye?
Gastronomía
Lo sirve El Horno de Mel, el restaurante gastronómico del Palacio del Congresos de la ciudad
Espíritu de Córdoba, el patio cordobés que ha enamorado a National Geographic
El Patio Espíritu de Córdoba del Palacio de Congresos de la ciudad se convertía esta semana en el escenario de la presentación del Menú Córdoba de El Horno de Mel. La puesta de largo de esta nueva propuesta llegó en forma de cata-maridaje dirigida por Isa Calvache con vinos 12PB.
El menú comienza con dos pases: mazamorra de anacardos con queso azul y sardina ahumada; y berenjenas fritas con salmorejo. Ambos platos son maridados con el gran Vino Fino 12PB. Excelente para acompañar aperitivos, pescados y mariscos, ahumados, quesos, ibéricos, frituras, paella, salazones y sushi.
La propuesta gastronómica continúa con croquetas caseras de salchichón ibérico y un crocante flamenquín de presa ibérica, acompañados de Amontillado 12PB. Ideal para acompañar setas,
atún, carnes de ave, ahumados, consomés, verduras y comida asiática.
El plato principal no podía ser otro que el rabo de toro a la cordobesa, que se sirve con Tinto 12PB. Resulta un auténtico acierto con todo tipo de carnes, especialmente carnes rojas o carnes de caza, ave. También con platos de cuchara es un buen compañero de mesa.
Para terminar, y como mandan los cánones, llega a la mesa la propuesta dulce. Un delicado bizcocho de naranja con chocolate negro y flor de azahar, combinado con Pedro Ximénez 12PB. Se suele tomar como postre y para acompañar a tablas de quesos, foie, postres, fruta y helados.
El Horno de Mel se ha convertido en un espacio con identidad propia dentro del Palacio de Congresos de Córdoba. Si bien ambos se retroalimentan y complementan -como no podría ser de otra manera- el restaurante gastronómico, con el chef Julio Pérez al frente de los fogones, cuenta con una carta coherente y magníficamente ejecutada, que cumple de sobra con las expectativas del cliente en cada bocado.
De los entrantes a los postres -a cargo de la conocida repostera Melbises Ceballos- es un ejercicio de lealtad al producto de la tierra, la creatividad y a la interculturalidad propia del lugar en que se encuentra. La experiencia del comensal la complementa una cuidada selección de vinos cordobeses, café premium, los panes artesanos del Obrador David Ruano y una exclusiva vajilla creada por los rambleños Ivanros, que transporta al cliente a la Provenza francesa.
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