Día Mundial de la Croqueta: éstas son las más ricas de Córdoba
Gastronomía
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El próximo 16 de enero se celebra el Día Mundial de la Croqueta. Por eso hemos elaborado una hoja de ruta para probar las mejores de Córdoba. Originales, clásicas, de vanguardia... pero siempre con el punto de cremosidad justa y un rebozado tan fino como crujiente.
La propuesta gastronómica de Gin Bulevar (Pintora María Blanchard, 1) bien vale una escapada a la zona de Cañito Bazán. Amplio y con una decoración agradable y elegante, está dividido en diferentes ambientes.
Una fórmula de ocio non stop que cubre desde la caña y el aperitivo a mediodía, almuerzos, cócteles y copas de sobremesa que se extienden hasta el servicio de cena. En su sofisticada propuesta culinaria destacan, por méritos propios, croquetas cremosas de morcilla choricera, fundentes y suaves con un ligero toque picante.
Uno de los inamovibles en la carta de La Casa de Manolete Bistró (Cervantes, 10) son las croquetas de jamón ibérico de bellota y leche fresca de oveja. Crocantes por fuera y ligeras en su interior, lo difícil es comerse sólo una.
A la cabeza de la innovación está el chef Paco Villar y sus croquetas esféricas en Terra Olea. Están elaboradas con leche de oveja de Calaveruela. Ya de por sí la materia prima es insuperable, pero el punto casi líquido que estalla en la boca del comensal y el delicado rebozado en panko son inolvidables.
Pero si lo que buscamos es una elaboración más clásica, es imprescindible pasarse por La Taberna de Almodóvar (Benito Pérez Galdós, 1). Su receta es un secreto familiar que ha pasado de generación en generación. Lo único que sabemos es que lleva jamón, pollo, merluza y huevo duro integrados en una bechamel cremosa bajo una fritura perfecta cocinada entre 170 y 180 grados. El actual gerente, Ángel Sánchez, asegura que "el creador fue el Tío Ricardo". Una herencia que, sin duda, les ha dado muchas alegrías.
Antonio Jiménez, en Taberna La Montillana (San Álvaro, 5)suele crear diferentes tipos de croquetas a lo largo del año, si bien las de jamón ibérico son deliciosas y perennes en su carta.
A la hora de hacer la roux (masa) de las croquetas busca la materia prima más premium que puede encontrar y eso se nota en el resultado final, que es capaz de transportar al comensal al origen de cada sabor.
Y para completar la experiencia croquetera, lo mejor es dejarse aconsejar por cualquiera de los miembros de su equipo y gozar de un acertado maridaje con cualquiera de la extensa selección de vinos que tienen, especialmente de Montilla-Moriles y de la provincia de Córdoba en general.
Hasta el barrio cordobés de Poniente peregrina gente de toda la ciudad para darse un homenaje en El Aura (Avenida del Aeropuerto, 50) con su surtido de croquetas cremosas. A diferencia de otros sitios, no destacan por su tamaño, pero sí por su punto perfecto de fritura y su delicada roux.
Se dice que en la Taberna El Chato (Avenida de la Pedanía,206) elaboran las mejores croquetas de rabo de toro de toda Córdoba ¿Lo mejor? Probarlas y pedir, además, algunos de los platos de carne que son especialidad de la casa.
Otra auténtica delicia son las de buey nacional madurado de Raza y Dehesa (Gran Capitán, 48), un entrante a la altura de sus inconmensurables hamburguesas o cualquiera de sus selectas piezas de carne a la brasa.
Nuestra última parada es Taberna Salcedo (Nuestro Padre Jesús Caído, 3), una apuesta segura para darse un festín a base de croquetas caseras. Las tienen de jamón y de rabo de toro.
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