Espíritu de Córdoba, el patio cordobés que ha enamorado a National Geographic

Gastronomía

En su edición de 'Viajes' la conocida publicación se recrea en el patio que preside El Horno de Mel, el restaurante del Palacio de Congresos de Córdoba

10 razones para comer en El Horno de Mel, el gastronómico del Palacio de Congresos de Córdoba

El Horno de Mel apuesta por platos clásicos y populares de la gastronomía cordobesa con un giro actual / Palacio De Congresos

El Palacio de Congresos de Córdoba ya es de por sí un oasis de sensaciones frente a la Mezquita-Catedral.

Arquitectura, escultura, pintura, historia y gastronomía van de la mano en este imponente edificio, que durante siglos ha ejercido de testigo mudo del devenir de la ciudad.

Así, no es de extrañar que Viajes National Geographic haya caído rendido a los encantos de su restaurante,Viajes National Geographic El Horno de Mel, en general, y a Espíritu de Córdoba, el patio del mismo, en particular.

Desde la web del propio Palacio explican que la etimología del patio responde a "un intento de atrapar la diversidad y el mestizaje que siempre ha definido la ciudad y que caracteriza además la variedad de espacios históricos dentro de un monumento como el Palacio de Congresos".

Y la reputada publicación puntualiza: "En uno de sus patios, de estilo contemporáneo, bien decorado con obras de arte y jardines verticales y con una iluminación que genera un ambiente agradable y cercano, se encuentra el llamado Espíritu de Córdoba, nombre otorgado al espacio que sirve de oasis gastronómico del área de hostelería del histórico Palacio de Congresos".

También llama poderosamente su atención los elementos artísticos y decorativos del patio: "En su patio cordobés, y en línea del edificio monumental en el que se encuentra, también se respira el arte y la cultura. Dos grandes bustos de Quijano y del Quijote, obras del escultor fallecido Aurelio Teno".

Las esculturas de Aurelio Teno se ubican en rincones estratégicos que dinamizan el espacio / El Día

Gastronomía del mundo y para el mundo

Igualmente se recrea en la oferta gastronómica explicando la carta que se encontrará el comensal: "Platos clásicos y populares de la gastronomía cordobesa con un giro actual sin perder la autenticidad que reflejan muy bien el buen hacer del equipo de cocina son, por supuesto, el salmorejo, la mazamorra con anacardos y queso azul, la crema de calabaza al amontillado, el flamenquín de presa con pimientos y Cheddar o los imprescindibles guisos del día que varían según la temporalidad de sus ingredientes, frescos y de proximidad en su mayoría".

No obstante, advierte de que "El Horno de Mel no se olvida de quienes buscan un aire más creativo y original, ofreciendo para estos perfiles platos más modernos de corte de alta cocina".

Mazamorra de anacardos y queso azul / El Día

Aunque sin duda, una de las fortalezas del restaurante son sus postres, obra de Melbises Ceballos, una auténtica maestra repostera. Sobre ellos dice: "No se quedan atrás y ofrecen una elegante selección que se adapta a la totalidad de gustos y preferencias de los más golosos".

Lo mismo ocurre con la selección de vinos, en que "apuesta primero por bodegas de la provincia de Córdoba y, por tanto, la oferta de vinos generosos clásicos andaluces de Montilla-Moriles protagoniza la carta, dejando sitio a otras referencias para quienes no hayan descubierto aún las magias de la crianza biológica y de la oxidativa".

El exhaustivo reportaje tampoco deja atrás detalles como la vajilla, "obra del ceramista Iván Ros, que presenta acabados inspirados en el legado califal omeya de la ciudad, en una colección exclusiva para el restaurante" o las mesas y sillas de la sala, fabricadas en La Rambla.

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