Fernando Tejero: "Abusaron sexualmente de mí"

Cine

El actor ha revelado en el programa 'La Ventana' de Cadena SER algunos de los capítulos más desgarradores de su infancia y juventud

Fernando Tejero actuaba recientemente en el Gran Teatro de Córdoba
Fernando Tejero actuaba recientemente en el Gran Teatro de Córdoba / IMAE

A nadie ha dejado indiferente la entrevista que ha concedido Fernando Tejero a Carles Francino, conductor del programa La Ventana, de Cadena SER. El cordobés ha hecho un repaso de su trayectoria personal y profesional y se ha atrevido a desvelar algunos de los episodios más desgarradores de su infancia y juventud.

El inolvidable Emilio de Aquí no hay quien viva confesó que el papel que le ofrecieron inicialmente en la serie "no fue el del portero sino el del chico del videoclub". También hizo referencia a su personaje de Lázaro en Los lunes al sol, uno de los que más le han marcado no sólo por su complejidad sino por que León de Aranoa descartó del metraje su escena más impactante con Javier Bardem: "Te enseñan cómo es esta profesión, que tú vas a hacer un trabajo y que no sólo va a depender de ti. Con el tiempo aprendes, pero no te conformas".

No obstante, Tejero entró pronto y sin ambages en su faceta más personal: "Con mi padre me llevaba muy mal. Es cierto que yo era muy querido por las clientas porque me encantaba darles charla, cosa que mi padre detestaba porque lo que él quería era que se vendiese muy rápido y no tenerlas ahí tanto rato".

Y no le importó reconocer que ya soñaba con dedicarse a la interpretación desde jovencito: "Bueno, mi padre es el responsable de que hoy en día esté medio tarado. Yo quería ser actor desde que tenía 14 años. Muchas veces en la pescadería me imaginaba que estaba en un escenario y que mis clientas eran mi público. Y a mí ese público me quería, se reía conmigo y lo pasaba bien".

No obstante, Fernando quiso rescatar el lado más positivo de esa tensa relación padre-hijo: "De ahí rescate muchas cosas para mi trabajo posterior. Rescaté el trabajar con un mal director, con el que no te llevas bien, con el que no te entiendes, pero que cuando te lo tomas en serio y le pones amor, se puede hacer un trabajo bonito".

Aunque, sin duda, la parte más emotiva de la entrevista llegó cuando Fernando rememoró su dura infancia en Córdoba: "El ser el menor de los hermanos fue muy difícil. No me crie ni con mis hermanos ni con mis padres, sino con una tía mía. ¡Estas cosas absurdas que se hacían en el sur! Fui un niño prestado. Ahí sufro un abandono, pero no culpo a mis padres porque no fueron conscientes de lo que eso iba a suponer para mí a la larga".

El famoso actor demostró con su relato que, a veces, la realidad supera a la ficción: "Y luego cuando tenía 14 años, mi tía enferma de cáncer y tengo que volver a casa de mis padres, lo que para mí supuso otro abandono que me ha pasado mucha factura a lo largo de los años y que me sigue pasando. Yo aún estoy con psicólogo, con terapias... y hace uno lo imposible...Mi infancia y adolescencia son para escribir una película".

Sin aliento dejó a su entrevistador cuando reveló al entrevistador capítulos hasta ahora desconocidos de su pasado : "Yo viví una época muy jodida. No fui yo hasta que llegué a Madrid porque era homosexual y de pequeño tenía mucha pluma y ya me insultaban. Me llamaban maricón, de todo.. Abusaron de mí sexualmente. Fue un chico mayor que yo. Y yo no quería aceptarme tampoco... por la sociedad, por mi familia... Entonces me quité la pluma a base de corregirme yo mismo. Tengo la voz ronca y tartamudeo por no poder expresarme tal cual era.

También tuvo palabras de cariño y agradecimiento para uno de sus amigos íntimos, Dani Martín. "Es un tipazo. Empatizo mucho con él porque es un superviviente y un sufridor. Lo quiero muchísimo. Es como mi hermano menor en Madrid".

Y es que ambos coincidieron en su etapa de formación como actores: "Lo conocí en la Escuela de Cristina Rota. Lo miré a los ojos y vi que detrás de esa mirada había mucha debilidad. Nos hicimos muy amigos y un día llegó al hostal de mala muerte en el que yo estaba con 10.000 pesetas y me dijo: "Vente a a casa, que mi madre no quiere que sigas viviendo aquí" Y me llevó a su casa".

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