La misteriosa conexión entre Leonardo Da Vinci y la Mezquita-Catedral de Córdoba
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La clave está en una pintura del piamontés César Arbasia, ubicada en la Parroquia del Sagrario
El programa 'Cuarto Milenio' revela el secreto mejor guardado de la Mezquita-Catedral de Córdoba
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Son numerosísimas los tesoros artísticos que alberga la Mezquita-Catedral de Córdoba. Hay tantos como misterios o interrogantes sin contestar. Basta entrar a la Parroquia del Sagrario para comprobarlo. En efecto, no se trata de una capilla más del famoso monumento.
Al margen de su evidente valor patrimonial, es uno de los enclaves de la Catedral en los que cada día se desarrolla la liturgia católica. De hecho, es el templo parroquial de mayor antigüedad de la diócesis de Córdoba. Además, en este lugar se custodian una serie de Libros Sacramentales datados en el año 1520.
El espacio que actualmente ocupa la Parroquia del Sagrario fue en tiempos pretéritos la Capilla de Santiago o Librería Capitular. Este espacio, resultado de la intervención de los arquitectos Hernán Ruiz I y III, acoge el Sagrario de la Catedral desde el último cuarto del siglo XVI.
Sus visitantes se encuentran una capilla de planta rectangular, articulada en tres naves y rematada por una bóveda de crucería. Evidentemente su principal atractivo se localiza en el programa de pinturas murales -encargo del obispo Antonio de Pazos y Figueroa- que ilustran la totalidad del espacio.
Las labores pictóricas comenzaron 1583 de la mano del artista piamontés Cesare Arbasia. El artista tenderá interesantes puentes entre esta obra y los focos de creación artística de la Italia del momento. Incluso de genios como su compatriota, que a buen seguro inspiró su obra, Leonardo Da Vinci.
Recientemente el periodista Javier Sierra acometía esta cuestión en la sección El alma de las ciudades, del programa de televisión Cuarto Milenio: "El ángulo suroeste, donde está El Sagrario, es un lugar adaptado en el Renacimiento con una serie de frescos, de pintura mural, que son los más importantes de Andalucía. Justo ahí hay una pintura de Cesare Arbasia, que es una Última Cena y es bastante misteriosa porque contiene un elemento que sólo lo hemos visto en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León. Se trata de ese copero que acerca el Santo Grial a Jesús. Por alguna anomalía artística este descendiente intelectual de Leonardo Da Vinci lo incluye. Hay muchas coincidencias y conexiones entre este mural y La Última Cena de Leonardo Da Vinci".
Martirios que hablan
A pesar de que el pintor que acometió esta compleja empresa era italiano, en esta representación no faltan los santos mártires cordobeses, ordenados de tres en tres y rodeados de cartelas donde se pueden adivinar datos autobiográficos y sus respectivos martirios.
La inspiración de la temática no es casual si recodamos que la reliquias martiriales fueron encontradas en la cordobesa basílica de San Pedro. Lla reedición del Memoriale Sanctorum, por parte de Ambrosio de Morales, será determinante como fuente de inspiración para Cesare Arbasia a la hora de plantear su obra.
El conjunto lo completa repertorio de símbolos de la Pasión, ángeles, composiciones paisajísticas y grutescos. No obstante es la Santa Cena del presbiterio la que más suele impresionar a los fieles y visitantes.
Sin embargo, la Capilla del Sagrario es mucho más. Nada hubiera sido lo mismo sin los artistas que desarrollaron su trabajo en este mismo espacio. Así pues, el ensamblador que talló el tabernáculo y las puertas del Sagrario fue Guillermo de Orta. Por su parte, a Alonso de Ribera le debemos su policromía. Y la soberbia reja de la capilla es una creación de Hernando de Valencia.
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