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A poco más de un mes para Navidad, los aromas dulzones y acaramelados envuelven como en una nube premonitoria el Obrador de David Ruano en El Vial (calle Rafael de la Hoz Arderius, 12)
Desde ayer sus vitrinas se han llenado de suntuosos paquetes de celofán cuyo interior alberga un clásico de la bollería italiana, el panettone.
El artesano cordobés ha reinterpretado la receta tradicional en dos versiones: con pepitas de chocolate y avellana y sin nada. A diferencia de la elaboración tradicional, esta última prescinde de las frutas confitadas y de las pasas en su interior. Pan dulce en estado puro.
Ambas presentan un interior alveolado y con una textura elástica, ligera y elegante, marca de la casa. Lo mismo ocurre con la cúpula, una elaboración de autor de manual : crocante, suave y bien horneada.
En suma, más de un año de estudio y pruebas que se han materializado en dos panettones, elaborados a base de yemas de huevos frescos y mantequilla con un 82% de materia grasa.
Resultan perfectos para tomar a la hora del postre, desayuno o merienda, solos o en compañía de una buena taza de café expresso como mandan los cánones italianos. También algún té o incluso un vino dulce o licor de avellana pueden resultar un maridaje premium.
Otra opción es cortarlo a rebanadas y servirlo tostado. Incluso se puede untar con salsas, confituras, cremas o mantequilla.
Y lo mejor de todo, David Ruano asegura que "cerrando bien el paquete cada vez que corte una porción, el panettone puede durar hasta 15 días en condiciones óptimas".
Igualmente, revela que para conseguir un pan tan esponjoso, "el secreto está en el amasado, en la fermentación y en la masa madre".
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