Priego de Córdoba, el destino de moda en turismo de fuentes
Turismo
La Fuente del Rey y la Fuente de la Salud son dos exponentes del barroco y del manierismo cordobés, respectivamente, que bien merecen una visita
Priego de Córdoba es uno de los pueblos más monumentales de la provincia y depositario del mejor Barroco andaluz. Entre sus principales atractivos turísticos destaca la Fuente del Rey, declarada Monumento Nacional.
Aunque comenzó a construirse en el siglo XVI se terminó a comienzos del siglo XIX. De estilo barroco/neoclásico fue diseñada por Remigio del Mármol, y se culminó en 1803. Y cuenta con el conjunto escultórico 'León luchando con una serpiente' de uno de los mejores artistas del Neoclásico, José Álvarez Cubero.
Se articula en tres estanques de distinto nivel y con forma alargada, predominando los contornos curvos.
Precisamente en el primer estanque está ubicada la escultura atribuida al escultor prieguense Álvarez Cubero.
Fue en el siguiente donde dejó su impronta Remigio del Mármol. De su taller salió la figura central del monumento, una representación de Neptuno y Anfítrite cabalgando sobre un carro tirado por caballos que emergen del agua. Desde el segundo estanque el agua cae al tercero en forma de cascada, para terminar saliendo por el mascarón del Clero.
Un total de 139 caños salen de la fuente, muchos de ellos con mascarones de piedra de rostros fantasmagóricos.
Si de día es un espectáculo de paz y aguas cantarinas, por la noche es absolutamente espectacular y más desde que el pasado año, cuando la fuente fuese restaurada y estrenara iluminación artística. En 2021 se sustituyó el anterior sistema de iluminación, que era de los 90 por uno nuevo, pero que mantiene el mismo concepto.
El resultado es una iluminación de los elementos centrales desde el suelo para lo que se han instalado más de 30 focos nuevos, y otros aéreos orientados a las figuras de Neptuno, el león y el caño central.
Manierismo cordobés
En el mismo parque se encuentra la Fuente de la Salud. Según reza la leyenda aquí plantó Alfonso XI su campamento y parece ser que se construyó con el objetivo de canalizar el manantial que abastece a la población.
Es una obra de Francisco del Castillo y data del XVI. No obstante, también trabajó en ella el cantero local Alonso González Bailén. De estilo manierista su amplio frontispicio hace de ella una construcción imponente y majestuosa.
Lo más característico es su superficie almohadillada a base de mármoles polícromos. El centro alberga una hornacina con la imagen de la Virgen de la Cabeza. Mientras que los relieves de un pastor con sus ovejas y las figuras de Neptuno, Anfítrite y la Medusa se revelan sobre las rocas del manantial.
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