Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
La financiación autonómica, ¿Guadiana o Rubicón?
Gastronomía
El Restaurante Bembézar (Calle Vista al Río s/n) es ya uno de los grandes alicientes para ir a conocer Hornachuelos. La concesión de un Solete Repsol recientemente avala el atractivo de este establecimiento con unas espectaculares vistas al río desde su salón. El paisaje cambia, a los ojos del comensales, según va cayendo la luz de día.
La carta es obra del conocido chef cordobés Jhon McElyea, creador también de Gastrotaberna Macsura, Baco Gastrobar y La Salmuera, todos ellos ubicados en barrios señeros de la capital.
Creativo e inquieto, su firma se hace patente en la oferta gastronómica de Restaurante Bembézar, donde la línea está clara: platos y fuentes llenas de intensos sabores y texturas. Un viaje en búsqueda de lo auténtico.
A pesar de la decoración elegante, moderna y cosmopolita de sus instalaciones, la suya es una vuelta a las raíces y al respeto por la gastronomía local, con la materia prima y las elaboraciones que le dan una personalidad única y diferenciada sobre el mantel.
Salmorejo, ensaladilla, croquetas y berenjenas fritas nos conectan con el entorno.
En el apartado de carnes, cumple las expectativas con bocados como el cochifrito con pimientos del padrón, carne con tomate y flamenquines, al margen de la celebrada carne de caza (venado, jabalí y chorizo de venado frito).
Los pescados se reducen a fórmulas más populares: calamares, adobo o bacalao frito hacen las delicias de sus clientes.
Quienes prefieran opciones más modernas pueden elegir entre las especialidades del chef, que van desde el huevo de oca (sólo en temporada), al risotto de espárragos con trompetas de la muerte, pasando por el wrap de pollo en tempura y espinacas frescas
A la hora del postre, juegan en casa con una versión de las torrijas con miel de Hornachuelos y helado de vainilla; arroz con leche o el brownie de chocolate blanco a la cabeza.
Y los más peques de la casa tienen un papel muy importante entre su público, en muchas ocasiones con de corte familiar. Para ellos tienen propuestas infalibles: pasta boloñesa, hamburguesa con patatas o perrito caliente.
También cuentan con un merendero, con bancos y mesas de madera, rodeado de naturaleza para perderse en el canto de los pájaros y el murmullo del río Bembézar. Una experiencia proclive a la desconexión -sobre todo, tecnológica- total.
Sin duda, uno de los mejores sitios de la provincia para disfrutar de los atardeceres y alargarlos con una copa o una agradable cena entre amigos.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
La financiación autonómica, ¿Guadiana o Rubicón?
La tribuna
Voto de pobreza
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Retorno de Páramo
No hay comentarios