Santa María de las Escalonias: retiro espiritual en el corazón de Hornachuelos
Turismo
Este precioso recinto monacal ofrece servicio de hospedería para quienes deseen desconectar cuerpo y mente del mundanal ruido durante unos días

El Monasterio Cisterciense Santa María de las Escalonias, en Hornachuelos, es el destino perfecto para quienes busquen unos días de desconexión total. Silencio, lectura, oración, largos paseos, meditación... combinación infalible para resetear cuerpo y mente.
No obstante, la estancia del huésped debe discurrir en consonancia con la vida monacal sin perturbarla. De hecho en la web del propio Monasterio advierten: "La hospedería monástica no es un hotel, es una parte del monasterio donde el huésped puede llevar una vida paralela a la de la comunidad y en estrecha comunión con ella, a través, sobre todo, de la oración litúrgica. Por tanto, es obligatorio el silencio".
Quienes ya estén convencidos, pueden solicitar hospedaje en alguna de las celdas, además de comprar vinos, quesos elaborados en el Monasterio de Santa María de la Oliva (Navarra), mieles y mermeladas de fabricación propia.
En 2003 quedó inaugurado el nuevo edificio destinado a hospedería. El visitante se encontrará con una construcción de dos pisos, que cuenta con amplio comedor y 16 habitaciones -capaces de dar hospedaje a más de 20 personas.
Como no podía ser de otra forma, sus huéspedes disfrutarán de un sosegado retiro espiritual, participando en todo momento de las oraciones de los monjes.
Orígenes nobiliarios
A una hora de trayecto desde la capital cordobesa emerge de entre la fecunda vegetación autóctona la imponente silueta del Monasterio. Las Escalonias pertenece a los cistercienses de la E.O., conocidos también como trapenses. Se trata de una reciente fundación del monasterio navarro de La Oliva.
Este oasis de paz y espiritualidad está ubicado al margen derecho del río Guadalora y forma parte de lo que en tiempos fue el marquesado de Las Escalonias. Las primeras referencias a Las Escalonias datan del siglo XV.
Igualmente hay registro de que el marquesado vendió la hacienda a comienzos del siglo XX a la familia García- Verde y serían sus descendientes (la familia García Llorente) quienes donaran al Monasterio de La Oliva la casa solariega y algo de terreno, con el objetivo de que se fundara un monasterio cisterciense en esa zona.
Con el paso del tiempo los edificios y cultivos del conjunto monacal se han ido actualizando y hoy en día la finca está repleta de naranjos, que junto a una lavandería industrial suponen una ayuda al mantenimiento de los monjes que allí habitan.
También te puede interesar
Lo último