La Torre de la Calahorra, historia viva de Córdoba con vistas al Guadalquivir

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Esta construcción defensiva, de origen medieval, alberga en su interior el Museo Vivo de Al-Ándalus y es la sede de la Fundación Paradigma Córdoba

La Torre de la Calahorra, historia viva con vistas al Guadalquivir
La Torre de la Calahorra, historia viva con vistas al Guadalquivir / Web Turismo De Córdoba

La Torre de la Calahorra domina la Ribera de Córdoba desde la margen izquierda del río Guadalquivir a su paso por la ciudad. Desde el siglo XIII ha sido testigo y custodio de la historia de la capital.

Durante siglos tuvo un papel determinante en el control y defensa. No en vano, ya aparece mencionada en alguna fuente árabe sobre Al-Ándalus, y en no pocos relatos relativos a la Reconquista en tierras cordobesas.

De hecho fue un auténtico quebradero de cabeza para Fernando III, pues dificultó la entrada por el puente del rey de Castilla en la conquista cristiana de Córdoba.

La Torre de la Calahorra fue, en tiempos, presidio de nobles y escuela femenina
La Torre de la Calahorra fue, en tiempos, presidio de nobles y escuela femenina / Web Torre Calahorra

Pero los enfrentamientos no sólo fueron entre musulmanes y cristianos. En la segunda mitad del siglo XIV Pedro I y Enrique de Trastámara batallaron en sus proximidades en su lucha por el trono castellano.

El ganador fue Enrique II, que mandó reparar la Calahorra. En el proceso se le añadió una torre, con foso y puente levadizo. De su paso, quedó un escudo de armas de Castilla y León en la fachada oriental.

El aspecto del monumento evolucionó gracias al desarrollo de la artillería y la aparición de la pólvora. Desde finales del siglo XV se hicieron necesarias troneras "de orbe y cruz", desde donde disparar con pólvora.

Aunque siempre estuvo bastante aislado del conjunto de la ciudad, su entorno fluvial y agro-ganadero estuvo ocupado por los corrales. También hubo por esos lares algún mesón y puestos de venta de productos locales.

Juana I de Castilla, más conocida como Juana La Loca, mandó instalar a comienzos del siglo XVI una barbacana defensiva, que le dio un aspecto muy parecido al actual.

Interior del Museo Vivo de Al-Andaluz
Interior del Museo Vivo de Al-Andaluz / Web Torre Calahorra

Espacio multidisciplinar

Desde entonces, fueron muchos y muy variados los usos que se le dieron a la robusta torre: cárcel de la nobleza cordobesa, cuartel y posteriormente escuela de niñas en el siglo XIX. A principios del siglo XX fue declarada monumento histórico artístico.

Desde 1985 la titularidad pasa a manos del Ayuntamiento de Córdoba, que dos años después confía el edificio a la Fundación Roger Garaudy, actualmente Fundación Paradigma Córdoba. Y será ésta la que lo convertirá en sede del Museo Vivo de al-Andalus, una oda a la interculturalidad y la convivencia entre judíos, cristianos y musulmanes.

Se distribuye en ocho salas. Un auténtico viaje por la cultura en al-Andalus y por todo lo positivo derivado de la colaboración entre cristianos, judíos y musulmanes.

Una muestra, sin duda, donde imperan los valores pedagógicos, y del entorno natural y urbano que lo rodean.

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