Dos castillos que no te puedes perder si visitas Córdoba en el puente de diciembre
Uno de ellos es el más alto de España, con una torre del homenaje de 47 metros de altura
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Si el próximo puente de diciembre vas a estar por Córdoba, reserva tiempo para visitar dos de sus castillos más emblemáticos: el de Belalcázar y el de Almodóvar del Río
La fortaleza de Almodóvar del Río dista poco más de media hora de la capital. Su origen data del siglo VIII, época en que los árabes construyeron una fortificación, estratégicamente ubicada, que ejercía de vigía de la campiña y del río.
También fue residencia oficial de los reyes y ha sido gestionado por órdenes como la de Santiago o Calatrava.
A principios del siglo XX se realizó una remodelación que duró tres décadas. Y actualmente goza de un envidiable estado de conservación. De hecho, se realizan numerosas actividades como las Jornadas Medievales de Recreación Histórica, acoge importante eventos e incluso ha servido como escenario de la famosa serie 'Juego de Tronos'.
Y es que la popularidad del Castillo de Almodóvar del Río se incrementó notablemente desde que los fans reconocieron sus mazmorras en los subterráneos de Roca Casterly, la sede Lannister. Además, para recrear Altojardín, sede de los Tyrell, se aprovecharon muchas de las dependencias del lugar.
Uno de los monumentos más famosos de la provincia es el Castillo de Belalcázar, también conocido como Castillo de los Sotomayor y Zúñiga o Castillo de Gafiq o Gahete) y por ser el castillo más alto de toda España. En concreto, su la torre del homenaje se eleva 47 metros de altura.
El monumento data del siglo XV y se construyó sobre los restos de una fortaleza romana, que se completó con posterioridad en época musulmana. De hecho, aún subsiste un importante testimonio en la cerca exterior, que permaneció como primera línea de muralla con torres albarranas sobre el arroyo Caganchas.
En tiempos perteneció a los condes de Belalcázar, que fijaron allí su residencia y ejercieron de mecenas de la arquitectura y promotores del gótico tardío en la provincia.
En el interior de este recinto, y en la zona más elevada del montículo, se erigió el Bello Alcázar que bautizó a la villa, y que data de la segunda mitad del siglo xv.
Su construcción fue auspiciada por Juan II, que cedió estas tierras a Gutierre de Sotomayor, Maestre de la Orden de Alcántara, a quien levantar castillo. Las obras arrancaron en la segunda mitad del siglo xv. Su fin último fue convertirse en la la residencia de los condes de Belalcázar, quien por entonces eran señores feudales del territorio.
Al margen de su valor artístico y patrimonial, y de su carácter defensivo y de vigía que marcaría la historia de la localidad cordobesa, también ejerció una influencia definitiva en el topónimo del pueblo, que proviene de la expresión "bello alcázar".
Seis siglos después de su edificación y de largos periodos de saqueo, guerras y deterioro propio de la erosión de los agentes naturales, fue adquirido por la Junta de Andalucía en 2008, que acometió labores de restauración y puesta en valor del mismo entre 2018 y 2019.
Igualmente, es reseñable el hecho de que, adosado a la fortaleza, en el siglo XVI (1539) se levantó un palacio renacentista bajo la supervisión de Hernán Ruiz I y ejecutado por un maestro local. El palacio bordea el ángulo desde la torre del homenaje y tiene una fuerte simbología de carácter humanista. Actualmente está en estado ruinoso, si bien el visitante puede recrearse contemplando las galas platerescas que embellecen los marcos de sus ventanas y que recuerdan mucho a las de la sacristía de San Juan Bautista en Hinojosa del Duque.
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