Cinco experiencias dulces y únicas de las que disfrutar en Córdoba

Córdoba es un destino perfecto para los más golosos y que, además, buscan el dulce artesanal. A lo largo y ancho de la ciudad podemos encontrar joyitas que nos endulzarán el día y quedarán para siempre en nuestra memoria gastronómica.

Un bocado que hay que probar sí o sí estando en Córdoba son los rafalitos de Pastelería San Rafael, la más antigua de la ciudad y elegida Mejor Pastelería de España 2024. Son pequeños croissants, con una masa 100% mantequilla, bañados en chocolate negro, blanco o bicolores. De su obrador también salen rafalitos salados, rellenos de atún y tomate natural; de jamón y queso; ensaladilla de cangrejo y vegetales. Los dulces están disponibles durante todo el año y los salados son por encargo. Pastelería San Rafael cuenta con tres tiendas (próximamente cuatro) en la ciudad: Cardenal Portocarrero, 23; Concepción, 10 y Virgen de Fátima, 31.

Otra de las sensaciones más placenteras es degustar el pastel cordobés de Obrador David Ruano, (Rafael de la Hoz Arderius, 12), totalmente artesanal y muy generoso en cabello de ángel. Sin exceso de azúcar y con un hojaldre fino y crujiente para recordar. También venden el pastel mozárabe, muy parecido pero con frutos secos en la parte superior.

Las tartas de queso artesanas, donuts y croissants rellenos de galleta lotus, Oreo, Kinder o pistacho son algunos de los sabores de Dulce Lokura que traen a cordobeses y vistantes de cabeza desde que este céntrico establecimiento (San Álvaro, 1) abrió sus puertas reciemente.

Eso sí, esta pastelería no sólo contará con la peculiaridad de su producción (160 piezas diarias), sino que constantemente sorprenderá a sus clientes con elaboraciones dulces fruto de las colaboraciones de Comerte Córdoba con numerosos chefs, reposteros y artesanos de Córdoba y provincia.

Si andas por el barrio de Santa Rosa, saca tiempo para visitar Tu momento más dulce (Don Lope de los Ríos, 62) y probar sus bolitas de zanahoria y coco; los gitanitos, las cookies o las quebraditas. Su oferta repostera va variendo con frecuencia. Un buen ejemplo son sus tartas en porciones o sus postres de inspiración tradicional.

Y si lo que queremos es alta costura repostera, siempre es una buena opción llegar hasta el barrio de Fátima (Virgen de Fátima, 48) para encargar algunas de las creaciones de Daria Pastel Emociones Dulces. Sus tartas son espectaculares por dentro y por fuera y son totalmente a la carta. Lo mismo ocurre con sus galletas de jengibre, perfectas como recuerdo de cualquier evento empresarial o familiar. Aunque sin duda, es su tarta Paulova y los macarons de diferentes sabores los que marcan la diferencia respecto a otros obradores de la ciudad.