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Los amantes de la tradición culinaria cordobesa tienen una cita con algunos de los barrios más castizos y pintorescos de la ciudad. Una ruta por sus Patios es una excusa más que suficiente para probar especialidades de la gastronomía local que en pocos lugares hacen tan auténticas.
En el barrio más torero de Córdoba y aledaños, uno de los clásicos es el El Rincón de las Beatillas. Este establecimiento está especializado en carnes de monte e ibéricos. Sus clientes recomiendan encarecidamente probar el venado en salsa de espárragos, el rabo de toro y el lechón frito. Aunque también se pueden degustar unas frituras sobresalientes, como la de japuta en adobo o sus famosas ancas de rana.
En Taberna La Sacristía se han hecho populares sus montaditos de pringá y sus papas aliñás. Aunque si lo que nos apetece es algo caliente, siempre se pueden probar carrillada, manitas, riñones o callos. Y cualquier hora es buena para degustar sus boquerones, ensaladilla o tortilla con una cerveza bien tirada o vino de la tierra. Y para rematar, alguno de sus postres caseros.
La vida del barrio no sería la misma sin la Pizzería El Patrón y su cocina italiana de la de toda la vida. Sus pizzas clásicas, abundantes platos de pasta fresca, ensaladas y entrantes como focaccia, Provolone, carpaccio y una amplia variedad de tortillas hacen las delicias de sus incondicionales.
Muy próxima está Casa Gamboa, la típica taberna de manual, donde saben servir, y muy bien, el vino y la cerveza y se pueden comer de raciones de croquetas, mazamorra, boquerones en vinagre o carrillada por doquier. Perfecta para quienes buscan paladear la esencia de la cocina cordobesa: flamenquines, salmorejo, rabo de toro.
El barrio de San Lorenzo es, sin duda, uno de los más bellos de la ciudad. También es una de las zonas de Córdoba donde mejor se come, ya sea comida tradicional como cocina de autor. En poco tiempo El Pórtico de San Lorenzo (Plaza de San Lorenzo) se ha convertido en uno de los establecimientos más reputados del barrio homónimo. Combina a la perfección tradición y modernidad y actualiza como pocos el concepto de taberna.
Así pues, hay una serie de platos actualizados pero que no defraudan al comensal: "Indudablemente no podía faltar rabo de toro, flamenquín, salmorejo o berenjenas con miel de caña a las que nosotros añadimos queso de cabra o nuestras croquetas caseras de pringa que esté año ya se han convertido en un clásico de la taberna, pero a la vez tenemos risottos, pan bao de rabo toro, tataki de solomillo ibérico y otros platos que amplían la oferta gastronómica de una taberna clásica", apunta José Agustín Berrocal, jefe de sala.
En el lateral opuesto de la Iglesia de San Lorenzo está Casa Luis (Plaza de San Lorenzo, 2), un clásico de la cocina tradicional y con un ambiente bastante familiar. Una institución para quienes gusten del tapeo y de tomar un vino a pie de barra.
No obstante, tampoco falta quien prefiere comer o cenar a mesa y mantel. Sus callos son de los más famosos de la ciudad, pero no son la única joya del establecimiento. Su fritura de pescado o las croquetas resultan deliciosos, al igual que el pisto con huevo frito, la carne con tomate, las manitas o unos jugosos calamares.
Otro de los mejores del barrio es La Cuchara de San Lorenzo (Arroyo de San Lorenzo, 2), con Paco López a los fogones y Narciso López dirigiendo la sala. ¡Es un auténtico espectáculo verlos trabajar juntos! La coordinación cocina -sala es simplemente perfecta y su propuesta gastronómica está en continua revisión. De hecho, la Guía Michelin lo incluyó hace tiempo en su nómina de restaurantes cordobeses distinguidos con el distintivo Bib Gourmand y la Guía Repsol le concedió uno de sus codiciados Soles.
El chef Manolo Bordallo ha creado un modelo propio en Sociedad de Plateros María Auxiliadora (María Auxiliadora, 25). Es de los pocos lugares que tienen bodega propia y que además son fieles a las referencias clásicas de Montilla-Moriles.
Se han especializado en cocinar el bacalao ya sea frito, en croquetas, con arroz o en su potaje de Vigilia, uno de los mejores de la ciudad. Su día a día es un homenaje a la cocina hecha a su amor, a fuego lento y mimando la materia prima.
El establecimiento es, igualmente, famoso en la ciudad por la cantidad de platos perfectos para celiacos ya que están completamente libres de gluten y sin perder un ápice de su sabor original.
Aunque no hace demasiado que inició su andadura, La Contentura se ha afianzado como una de las propuestas más completas, divertidas y deliciosas de la zona de Capitulares. Se trata de un espacio gastronómico en que se puede reponer fuerzas tanto en formato tapa, como con una de sus deliciosas ensaladas o irresistibles tostas.
También resulta un lugar muy recomendable para tomar una copa o un cóctel. Además, es uno de los locales del centro que gusta de animar la velada con actuaciones musicales en directo.
Una de las terrazas más deseadas de la zona es la de Taberna La Cuarta. Las propuestas de su carta se elaboran a partir de productos frescos y naturales y, en su mayoría, propios de la tierra.
Se alternan platos típicos de la gastronomía cordobesa con una gran variedad de ingredientes que propician la fusión con otras culturas. Los tartares son una de las especialidades de este restaurante de vanguardia.
No obstante, en esa cocina creativa y de diseño también hay espacio para los guisos y platos cordobeses que representan la esencia de nuestra ciudad.
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