El edificio de Córdoba que enamoró a Federico García Lorca

Turismo

El poeta granadino definió las cuadras de las Caballerizas Reales de la ciudad como la "Catedral para caballos"

Qué hacer en Córdoba en 48 horas

Las dos capillas de la Mezquita-Catedral de Córdoba que no pueden perderse los amantes de la literatura

Interior de Caballerizas Reales
Interior de Caballerizas Reales / Juan Ayala

La belleza y grandiosidad de Córdoba ha hecho que artistas e intelectuales de todas partes del planeta se hayan rendido a sus encantos y los hayan reflejado en sus palabras y obras. Entre ellos, un andaluz y poeta universal de pro, puso sus ojos y su hábil pluma sobre uno de los edificios más imponentes de la ciudad: Caballerizas Reales. Federico García Lorca lo definió como la "Catedral para caballos", una metáfora a la altura sólo del talento, la sensibilidad y la supremacía lírica del autor de La casa de Bernarda Alba.

Eso fue a comienzos del siglo XX, sin embargo los orígenes de este coloso del mundo equino se remonta al reinado del monarca Felipe II quien fundó en 1572 las Caballerizas Reales de Córdoba para criar buenos caballos para el servicio de la Casa Real. El encargo le fue realizado a Diego López de Haro, Caballerizo Mayor.

Una empresa así requería también de una ubicación privilegiada. Las Caballerizas Reales se levantaron en un solar propiedad de la iglesia situado entre las murallas defensivas de la ciudad y el Alcázar de los Reyes Cristianos. Así mismo, están construidas sobre una antiguas caballerizas de la etapa califal, que alcanzaron su máximo esplendor en tiempos de Alhakén I, cuando llegaron a albergar a más de dos mil caballos.

El edificio se ha mantenido hasta hoy en el mismo lugar y ha sido utilizado de manera ininterrumpida para la cría del caballo cordobés. Entre 1842 y 1995 fue cuartel de Caballería, destinado a la reproducción equina. De hecho, fue sede del 7º depósito de Sementales del Ejército. Sus instalaciones estaban destinadas al cuidado de más de 100 caballos andaluces y árabes de excelente calidad, cuyo destino sería el enganche de carruajes, la doma y la inseminación de yeguas, tanto de propiedad militar como civil.

Desafortunadamente, la estructura original de Caballerizas Reales sucumbió al fuego durante un incendio en 1735. Aunque no pasaría mucho tiempo hasta que fuesen sometidas a la consiguiente reconstrucción durante el reinado de Fernando VII. No obstante, no se culminó hasta la época en que Carlos III ocupó el trono. De ahí que su escudo presida la puerta principal.

El edificio actual es imponente y bellísimo. Y la joya de la corona es la cuadra, que al autor de la Casa de Bernarda Alba se le antojaba una "Catedral para caballos". La misma se articula en tres naves con el típico suelo de chino cordobés y cubierta por una bóveda de arista.

El ejemplo de Versalles

En la actualidad las Caballerizas Reales acogen y son escenario del Espectáculo Ecuestre Pasión y duende del Caballo Andaluz, un plan perfecto para público de todas las edades.

Una oportunidad única para conocer de cerca el caballo de pura raza española y sus orígenes. Su génesis está íntimamente ligada a la labor del cordobés Diego López de Haro, director de las cuadras más antiguas de occidente.

Lo que pocos saben es Luis XIV, el Rey Sol, mandó construir las cuadras del Palacio de Versalles inspiradas en Caballerizas Reales de Córdoba y que de nuestra ciudad salieron los primeros caballos con los que se creó la Escuela Española de Equitación de Viena.

Tal es la tradición ecuestre en Córdoba que la reina Isabel II determinó que Córdoba acogiese una de las tres escuelas de veterinaria promovidas durante su reinado. El resultado no es otro que la Facultad de Veterinaria de Córdoba, que a día de hoy sigue siendo una de las más reputadas de Europa en el ámbito ecuestre.

stats