Los helados, el más apetitoso antojo veraniego al que los cordobeses no renuncian ni aunque suba de precio

Gastronomía

Las heladerías de la ciudad venden sus productos unos 20 céntimos más caros que en 2022, aunque la demanda no baja

El precio de las frutas de verano, por las nubes: "Se ha disparado una barbaridad, el doble o el triple"

Un helado de tarrina de la heladería Martonela.
Un helado de tarrina de la heladería Martonela. / Miguel Ángel Salas

Pocos actos más placenteros hay para hacer frente al sofocante calor del verano que el de disfrutar de un buen helado. Es, sin duda, el alimento estrella de esta temporada estival y más en una Córdoba acostumbrada a marcar año tras año las máximas temperaturas nacionales. Las heladerías de la capital son conscientes de ello y, a pesar de que la inflación les está pasando factura y los precios de este manjar veraniego por lo general ha subido con respecto a 2022, los cordobeses siguen sin faltar a la tradición heladera.

Ya sean sabores de toda la vida como el de chocolate, el de nata o el de fresa; modernos como el de Kinder Bueno, Oreo o tarta de queso, o de mezclas rompedoras y originales como el dulce de leche con plátano o el cremino de pistacho, los helados jamás pasan de moda y se adaptan a cualquier paladar. De hecho, esta tradición de Córdoba sigue siendo muy fuerte y así lo apuntan veteranos especialistas en este dulce como la heladería David Rico.

Situada en la mítica plaza de Las Tendillas, David Rico es todo un clásico de los helados de la ciudad, pues los elabora y vende por sus distintos locales desde 1938. Como asegura el empleado Mario Díaz, por mucho que pasen los años y los sabores evolucionen, los que más se venden son los de vainilla, stracciatella, chocolate, turrón o limón. Y eso que más allá de los tradicionales, todos los años incorporan sabores nuevos como los de este verano de 2023: veganos de tarta de queso y mango y de vainilla negra con frambuesa.

Una clienta recoge su helado de la heladería Martonela.
Una clienta recoge su helado de la heladería Martonela. / Miguel Ángel Salas

Sin embargo, más allá de los sabores clásicos y sus reinvenciones, este año los cordobeses se han encontrado con un contratiempo más de esos que llevan varios años siendo tan habituales: los helados han subido de precio. Al igual que llenar la cesta de la compra en Córdoba es un 5% más caro ahora que en enero o que las frutas de temporada como el melón y la sandía han duplicado sus precios a causa de la sequía por la que pasa la provincia y gran parte de España, el valor de los helados también se ha visto alterado por la inflación.

En David Rico, heladería que el año pasado tuvo que subir sus productos en torno a unos 20 céntimos más por la inflación con respecto a 2021, ahora en verano se ha visto obligado a hacer otra subida idéntica. Así lo explica Mario Díaz, que estima en unos 20 céntimos la subida de todos sus helados: la tarrina valía 3,3 euros en enero y ahora está a 3,5, mientras que el cono pequeño valía 2,6 euros a principios de año y ahora está a 2,8.

En la heladería Martonela, ubicada en la calle Cruz Conde, 10, también han registrado también una subida de unos 20 céntimos en todos sus productos. Como afirma la empleada Betsay Jiménez, el pasado mes de marzo tuvieron que hacer ese pequeño ajuste a los precios por la subida de los costes de producción de los helados que elaboran de forma 100% artesanal, preparados en el mismo negocio. Por ejemplo, la tarrina pequeña con un topping pasó de 2,8 euros a 3.

Pese a esa leve subida, Betsay admite que no afecta a este negocio que el pasado mes de abril cumplió su primer aniversario en Córdoba. Y es que abre durante todo el año incluso con desayunos y meriendas y, como admite la empleada, "a cualquier hora del día hay gente consumiendo". Eso sí, lo que más desean sus clientes son sus cremosos helados, especialmente sabores como el de Kinder blanco, el de cheesecake; otros de los de toda la vida como los de turrón y vainilla, y los que elaboran a base de agua con sabor a mango, espuma de limón o piña colada.

Niño disfruta de su helado.
Niño disfruta de su helado. / Miguel Ángel Salas

Y es que este 2023 parece que los sabores auténticos a fruta están volviendo a ponerse de moda. En El Obrador, heladería ubicada en la calle Jose María Martorell, 18, en pleno barrio de Poniente, la novedad de este año son los helados con sabor a mandarina, a banana y a coco. Eso sí, pese a que tienen una muy buena acogida, los sabores que más demandan sus clientes son una mezcla entre los clásicos y otras recetas contemporáneas: Kinder, galleta Lotus, pistacho o queso Philadelphia con arándanos.

El Obrador, de hecho, es de las pocas heladerías de la capital cordobesa que este año no ha tenido que subir los precios de sus productos por la inflación. La tarrina pequeña sigue costando exactamente los mismo que en 2022. Según explica la gerencia del establecimiento es debido a que la demanda no cesa en una zona muy solicitada como es la plaza del Zoco, a la que acuden "clientes de todos los barrios de Córdoba" a disfrutar de su amplia terraza en las noches de verano. Además de, por su puesto, el delicioso sabor de sus helados elaborados al estilo italiano con el que los cordobeses cada verano buscan refrescarse y disfrutar del dulce por excelencia de la época.

Córdoba, la octava ciudad de España con más heladerías por habitante

Según un estudio realizado por la agencia alemana de alquiler de alojamientos para vacaciones Holidu, Córdoba es la octava ciudad de todo el territorio español con más heladerías por habitante. En concreto, la capital cordobesa tiene 1,47 heladerías por habitante. Por delante están, liderando el ranking, Cádiz con una media de 1,78 heladerías; Alicante con 1,61; Málaga con 1,53; Girona con 1,51; Santander con 1,51; Toledo con 1,5; y Almería en la séptima con 1,48 heladerías por habitante. Por detrás de Córdoba están Granada con una media de 1,42 y Albacete con 1,27.

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