El hotel y los dos restaurantes de Córdoba que más gustan a los norteamericanos

Córdoba se ha ganado, por méritos propios, un lugar destacado entre los turistas estadounidenses. Tanto es así que es una de las diez ciudades españolas que la revista Men's Journal Men's Journalasegura que hay que visitar. El grupo de destinos recomendados está formado por Sevilla, Menorca, Madrid, Barcelona, Mallorca, Valencia, Ibiza, Granada Y San Sebastián,

Respecto a Córdoba destaca que "es una ciudad única que conserva un patrimonio diverso que abarca influencia árabe, cristiana y judía". Como no podía ser de otro moda, el monumento más destacado por la web es su Mezquita-Catedral.

Otra de las sugerencias del portal a sus lectores es que paseen "por las encantadoras calles del histórico barrio judío, llamado Judería, con sus edificios encalados, patios llenos de flores y la Sinagoga de Córdoba". Por otra parte, "El Alcázar de los Reyes Cristianos, una fortaleza medieval con hermosos jardines, ofrece vistas panorámicas de la ciudad".

Pero las recomendaciones de Men's Journal no se reducen a las artísticas, culturales y patrimoniales, sino que también ponen su foco en los mejores sitios en que saborear la cocina cordobesa. Uno de los imprescindibles es el restaurante El Churrasco "famoso por sus platos tradicionales españoles servidos en un entorno histórico".

La otra gran apuesta es Noor Restaurant, que desde finales de noviembre cuenta con la máxima distinción de la Guía Michelín, las tres estrellas. Y que "ofrece una fusión de sabores andaluces y moriscos".

A la hora de descansar, su elección recae en el Hotel Hospes Palacio del Bailío, que alberga "elegantes habitaciones, un hermoso patio con piscina y un spa para relajarse". En este hotel de cinco estrellas se respira lujo desde el hall. El auténtico sibarita no puede dejar de probar su restaurante, Arbequina, recomendado por la Guía Michelín y capitaneado por el chef Rubén González.

Además, los huéspedes de Hospes Palacio del Bailío tienen la posibilidad de disfrutar de sesiones de spa o visitas a los principales monumentos de la ciudad gracias a las experiencias complementarias que ofrece. Se trata pues de disfrutar de lujos añadidos al lujo propio de un hotel ubicado en un palacio del siglo XVI con una domus romana en sus bajos, y cuyas suites están decoradas con suntuosos frescos.