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El paso de diferentes culturas y religiones por la ciudad añade complejidad a la búsqueda de la primera iglesia (católica) que se construyó en Córdoba.
Sin embargo, la cuestión se reduce bastante si incluimos sólo a aquellas que se construyeron tras la toma de la ciudad por Fernando III 'El Santo' el 29 de junio de 1236, con la entrega de las llaves de la ciudad del príncipe Abul-l-Casan.
Así pues, en la capital hay un total de 8 templos que podemos incluir en esta selección. Y de todos ellos, el primero en levantarse fue la Iglesia de Santa María de Aguas Santas, ubicada en la actual Plaza del Conde de Priego y que comenzó a edificarse en la segunda mitad del siglo XIII y se prolongó durante el siglo XIV.
Tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC) y es Monumento Histórico-Artístico Nacional desde 1931.
"Según cuenta las crónicas de la época, Fernando III estaba aquejado de una afección cutánea y su madre, doña Berenguela, lo llevó a un arroyo que discurría junto a una imagen de Santa Marina. Las aguas tenían fama de sanadoras. Él bebió y se curó. Por eso, la primera iglesia que el monarca mandó construir tras la conquista Cristiana de Córdoba fue la de Santa Marina de Aguas Santas", asegura la guía turística cordobesa Marta Gómez.
La parroquia preside el barrio del mismo nombre, fundado por el monarca castellano. Se trata, además del barrio más grande de la ciudad y uno de los más populares, sobre todo por su vinculación al mundo del toreo cordobés y al diestro local más famoso de todos los tiempos, el desaparecido Manolete.
Así pues, es una amalgama de estilos: tardorrománico, gótico y mudéjar. Al margen de que también posee elementos de siglos posteriores. Buenos ejemplos son la torre renacentista y el sagrario, reformado a lo largo del siglo XVIII.
La torre es una obra ejecutada por Hernán Ruiz el Joven y costeada por el obispo Leopoldo de Austria, tío del emperador Carlos V.
Una de las partes que más llaman la atención es su impresionante rosetón y la portada lateral izquierda, que resulta única en la ciudad por sus particulares características.
El edificio, de inspiración fortificada, presenta un interior dividido en tres naves barrocas. Y bien merece una visita con tal de ver la capilla bautismal mudéjar del siglo XV y la capilla funeraria de los Orozco.
Además, alberga la imagen de San Pancracio, una de las que más devoción suscita entre los cordobeses, que peregrinan hasta allí todos los miércoles del año para pedirle trabajo para ellos mismos, familiares o amigos.
También cada Domingo de Resurrección salen de allí las imágenes procesionales de la Cofradía de Nuestro Señor Resucitado y Nuestra Señora de la Alegría.
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