Esta es la iglesia de Córdoba donde se apareció San Rafael

San Lorenzo es uno de los barrios de Córdoba que alberga dos de las iglesias más bonitas de la ciudad. Una, la que está bajo la advocación del santo que da nombre al barrio, forma parte del grupo de iglesias fernandinas de la ciudad, aquellas que nacieron como símbolo de la Reconquista y del paso de Fernando III 'El Santo' por estos lares.

La otra es la Iglesia del Juramento de San Rafael. Según reza la leyenda, En 1578 el Arcángel San Rafael se apareció al Padre Roelas prometiéndole protección para la ciudad y sus habitantes. Será precisamente en esta ubicación -actual Plaza de San Rafael, 8- donde se levantará, a finales del XVIII, un templo dedicado al juramento del Arcángel. Así lo explica la propia Hermandad de San Rafael: "La imperiosa necesidad de la sociedad cordobesa del siglo XVII por tener un lugar donde poder orar a San Rafael dio sus frutos en el año 1610 cuando se iniciaron las obras para construir una iglesia que tributara culto al Custodio de la ciudad. A pesar de las interrupciones, el día 21 de Junio de 1732, fue bendecida para uso de Córdoba".

Pero la historia no acaba aquí: "A pesar de haber construido aquella primitiva Iglesia, la enorme y creciente devoción que Córdoba sentida por su Custodio hizo que ésta quedara insuficiente para acoger a cuantos llegaban para tributar culto al Arcángel. Es por ello que se decidió ampliarla según el proyecto del arquitecto Vicente López Cardera. Comenzando las obras allá por el año 1796, se terminaron en 1806, quedando bendecida la nueva obra por el entonces Obispo Don Pedro Antonio de Trevilla, según los textos del insigne cordobés Teodomiro Ramírez de Arellano y Gutiérrez".

Su portada principal está ornamentada con las esculturas de San Rafael, San Acisclo y Santa Victoria (Santos Mártires patronos de Córdoba). El interior de articula en tres naves apoyadas en robustos pilares. Mientras que el área del presbiterio está centralizada mediante un cuadrado cubierto por cúpula. Aunque sin duda, la zona más impresionante del templo es el altar mayor, donde la imagen de San Rafael -tallada por Gómez de Sandoval en 1735- descansa en el interior de un elegante templete de madera dorada.