José Andrés suma un nuevo restaurante a su lista de favoritos en Córdoba

José Andrés regresa a Córdoba por la puerta grande. El famoso cocinero continúa ampliando su nómida de bares, restaurantes y tabernas de la ciudad donde darse un homenaje gastronómico por todo lo alto.

Su última parada ha sido La Cuchara de San Lorenzo, el restaurante de los hermanos Paco y Narciso López, distinguida con un Sol por la Guía Repsol y el Bib Gourmand de la Guía Michelin.

El asturiano acudió al local siguiendo las recomendaciones de su amigo, el chef Paco Morales, incondiconal de la oferta gastronómica de La Cuchara de San Lorenzo. Y no lo defraudó. José Andrés resultó encantado con todos y cada uno de los platos que probó a juzgar por la sonrisa que lució en todo momento.

Hasta su mesa llegaron "tomaron gambas cocidas, gambas al ajillo, cecina de León, patatas bravas, flamenquín, carpaccio de atún, lomo de atún a la brasa y mini croissants de cococha de bacalao", explica Narciso López, jefe de sala del establecimiento.

En busca de la Córdoba más auténtica

En anteriores ocasiones José Andrés ya había dado buena cuenta lugares tan emblemáticos de la capital como Taberna Góngora. Su dueño, Óscar Ruiz, destacaba entonces que el chef estaba muy interesado en comer el muflón al ajillo: "Vio que era una de nuestras tapas nueva y lo pidió. E insistió en que no lo había probado nunca".

Y debió de gustarle mucho a juzgar por la segunda visita que realizó a la citada taberna esa misma noche. En esta ocasión las berenjenas fritas con miel y los boquerones fritos al limón, santo y seña de la casa, hicieron (entre otras especialidades) las delicias del asturiano y sus acompañantes.

La siguiente parada gastronómica de la que dejaron constancia las redes sociales fue El Churrasco, una auténtica declaración de amor a la cocina de producto.

Durante una visita posterior a Córdoba -para grabar uno de los episodios del documental de HBO 'José Andrés y familia en España'- y junto a sus hijas, acudió a Casa Pepe de la Judería. La familia se quedó en su concurrida barra mientras daba buena cuenta de algunas copas de vino y sangría. Además degustó algunas de las especialidades de la casa. Probaron las alcachofas confitadas con jamón ibérico, las berenjenas con miel de caña, el salmorejo, la mazamorra y los pinchitos de cordero.

Las jóvenes resultaron fascinadas y su padre las instruyó sobre la herencia árabe en la gastronomía cordobesa. Igualmente, hizo hincapié en la importancia de los productos llegados del Nuevo Mundo, como el tomate, base del salmorejo y el gazpacho, que también tuvieron la oportunidad de catar.