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Broncano
Gastronomía
Seamos realistas, lo mejor para evitar la resaca y lidiar con los efectos del rebujito, el fino, la cerveza y las copas en las Cruces de Córdoba es un buen bocadillo. Pan calentito y crujiente y rellenos de la más variada índole son una auténtica delicia y más después de varias horas de fiesta.
Quienes pasen por la zona de El Vial deberían hacer un alto sí o sí para probar los montaditos de pringá de Misa de Doce (Avda. Al-Nasir, 23) El sitio se presta a disfrutar tanto de un picoteo como -si te animas- de platos de mayor enjundia, como su bacalao frito; las patatas bravas, que son de las mejores de la ciudad, el tartar de salchichón, carrillada ibérica thai o las alcachofas confitadas con jamón ibérico, foie y cebolla caramelizad, entre otros.
Una de las más frecuentadas de la ciudad es La Bendita Locura (Plaza del Cardenal Toledo, 2), que no sólo se define como taberna cofrade sino como taberna con arte. Fue fundada en 2016 por tres amigos, de los que hoy quedan al frente Norberto Samblas y Antonio Sánchez (Tato). En los aledaños del local se encuentran hermandades tan señeras como El Cister, Los Dolores, La Paz o Divina Pastora.
Es, sin lugar a dudas, un sito con personalidad propia: "Intentamos hacerle guiños a cosas relacionadas con los pasos de costaleros, como puede ser el Jarrillo donde puedes degustar la cerveza fresquita. El Jarrillo es donde se daba de beber a los costaleros y donde se mantenía muy fresquita el agua", apunta Norberto.
Son, igualmente famosos, sus montaditos de pringá. Pero eso no es todo: "Tenemos tapas y raciones frías típicas de Córdoba y también calientes: carrillada, lomo en salsa, albóndigas con salsa dulce. Por otro lado ofrecemos latas de conserva, montaditos , empanada...". Sin olvidar sus peroles de autor, "una reunión en la cual una o varias personas se encargan de guisar el perol".
En Taberna La Revirá (Claudio Marcelo, 1) esta detrás de la barra Ricardo Mondéjar -más conocido como Richar entre sus incondicionales-, hermano de La Paz y costalero. En este recoleto local alberga más de un centenera de marcos con fotografías de cristos y vírgenes, nazarenos, costaleros y capataces.más de un centenera de marcos con fotografías Además, hay un cuadro que preside el estandarte de la Hermandad Matriz del Rocío. Tampoco faltan estampitas de todas las hermandades que procesionan en Córdoba, una colección que sus clientes más fieles se preocupan de aumentar.
Su carta se actualiza cada día en el par de pizarras que cuelgan de sus paredes. Es un pecado irse de allí sin probar sus molletes de lomo en salsa, pringá, carne con tomate, salmón con queso, melva, zurrapa o panceta salá. También sirven puntas de solomillo al PX, rabo de toro, codillo, bacalao con pisto, carne de venao o queso en aceite.
Nadie puede decir que conozco de verdad Córdoba sin haber comido un bocadillo en el mítico Bocadi (Conde de Cárdenas, 7). Más de 70 elaboraciones diferentes a precio populares lo han convertido en un símbolo gastronómico, turístico y cultural de la ciudad.
A medio camino entre la Plaza de las Tendillas y el Templo Romano de Córdoba, este establecimiento busca su origen más remoto en el año 1947 cuando Rafael Sánchez de la Haba desde la taberna San Zoilo empezó a vender los llamados caballitos de mar.
Más de 60 años, pues, haciendo las delicias de sus clientes a base de bocadillos, raciones, tortillas, revueltos, ensaladas y platos combinados. Una variedad casi infinita pero que tiene sus best seller sin duda. En el apartado de bocadillos los más populares son cualquiera de los que tienen la tortilla como base, el de panceta con pimientos, el serranito, el de caballa con tomate y el de flamenquín.
No obstante, la comanda se puede completar con algún plato de salmorejo, pescaíto frito, embutidos o queso. O bien con su famoso revuelto de bacalao o tortilla de espárragos y jamón. Resultan igualmente deliciosos su cogollitos al ajillo o cualquiera de sus más de 20 platos combinados diferentes.
El barrio más torero de Córdoba, el de Santa Marina, era testigo hace casi un año de la vuelta a la vida de TabernaLa Sacristía (Alarcón López, 3). Miguel Ángel Araujo y Manuel Merlo son los nuevos responsables de la taberna y quienes han recuperado el espíritu original del local, que fue fundado en 1988 por Paco López Lozano. Han mantenido muchos de los elementos estructurales y decorativos que conforman su imagen habitual.
Sus clientes van en busca de un tapeo informal pero que no desmerece. Uno de sus best seller es el montadito de pringá. Uno de los últimos en sucumbir a sus encantos es el foodie José Alberto Pañero, más conocido en redes como Juusogastro, que le dedica un vídeo que directamente pone al espectador a salivar.
El creador de contenido analiza pormenorizadamente las bondades de este bocado: "Probablemente estemos ante uno de los mejores montaditos de pringá de Córdoba. Lo avalan su tamaño y buena ejecución. El pan, que llega a la mesa calentito y crujiente, abraza a una suculenta y jugosa pringá que invita a devorarlo en un par de bocados. No peca de exceso de comino, por lo que prima en este caso el magro de cerdo, el chorizo y algo de tocino. La morcilla está presente, pero sin ser muy invasiva".
¿Y lo mejor de todo? Su precio: 3,20 euros.
Pero sus atractivos no acaban aquí: "Además de su tranquila terraza invita a pasar un distendido rato con amigos y familia acompañado de unos buenos vinos de la tierra o unas cervezas".
Pañero ahonda en opciones que recomendar a sus seguidores: "Si los visitas no le pierdas la pista tampoco a sus chicharrones, cortados finos y acompañados con limón (igual que se sirven en Cádiz) Su ración es abundante y está bien de precio. Las patatas aliñas también merecen la visita y son perfectas para abrir boca".
Aunque si lo que nos apetece es algo caliente, siempre se pueden probar carrillada, manitas, riñones o callos. Y cualquier hora es buena para degustar sus boquerones, ensaladilla o tortilla con una cerveza bien tirada o vino de la tierra. Y para rematar, alguno de sus postres caseros.
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