Visto y Oído
Broncano
Gastronomía
Córdoba puede presumir de ser una de las ciudades con mayor nivel gastronómico no sólo de Andalucía sino del país. Así lo demuestra no sólo los numerosos reconocimientos que acumulan los establecimientos hosteleros, sino el hecho incontestable de que es un destino de primer orden entre los amantes del turismo gastronómico.
En este brillante panorama acompaña un pan a la altura de las circunstancias. Uno de los máximos exponentes es el Obrador Artesano David Ruano (Rafael de la Hoz Arderius, 12). Una auténtica bakery al más puro estilo neoyorkino en cristal y acero, que alberga no sólo las variedades de panes que salen de su horno cada mañana sino también pasteles, bollos y productos gourmet de edición limitada propios de cada estación del año. No obstante, la novedad de esta nueva etapa es la inclusión de productos sin gluten. Todo ello realizado artesanalmente por David Ruano y su equipo.
Los Hermanos Fernández, David y Antonio, son otros de los baluartes del pan de toda la vida. Cuentan con dos despachos en el centro de Córdoba. Uno está en la calle Uceda, 3, y otro en la confluencia de la calle Sevilla, 3/ y la calle Málaga. Aunque quienes lo prefieran también pueden adquirir sus piezas en el que tienen en Avenida de Barcelona, 10.
Las suyas son elaboraciones hechas con paciencia y mimo, con fermentaciones largas en función de su tipología. Pero todos sus panes tienen un denominador común: cortezas crujientes que dan cobijo a migas esponjosas y delicadas. Merece, y mucho, la pena probar su pan de maíz y semillas de amapola, el tritordeum o el pan de pasas y nueces o la hogaza.
Panadería El Brillante (Avda. de la Arruzafa, 7) es una de las decanas de la ciudad. Se ha sabido adaptar como pocas a los cambios en los gustos y necesidades del público pero sin perder su esencia artesanal.
Sus orígenes se remontan a 1880 cuando el abuelo de Ángel Roldán León fundó la Casa el Pisto y el Horno De la Cruz, en la famosa Plaza de San Miguel. Y fue precisamente a partir del Horno De la Cruz que la familia escinde el mismo negocio en varias ramas. Así nació Horno Panadería San Miguel, que se ubicó en la mítica Venta Vargas, en Avenida del Brillante número 72.
El resto es historia. Más de un siglo como símbolo de autenticidad y calidad en la ciudad. Sus productos son el resultado de materia prima de primera calidad en la búsqueda constante de un resultado en que prime el equilibrio entre tradición y vanguardia.
Un autentico recuperador de elaboraciones, harinas y, por supuesto, el horno de leña es Florencio Villegas de Horno La Tradición (Avda. de Manolete, 19). El nombre del establecimiento hace referencia directa a la continuación de la labor que comenzaron llevando a cabo sus tatarabuelos en el barrio de Santa Cruz. Este joven panadero trabaja con cereales ecológicos y el pan candeal y la famosa telera cordobesa son santo y seña de la casa. También son tremendamente populares sus panettones y roscones de Reyes. Igualmente resultan deliciosos sus croissants y rolls.
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