El plato de carne que lanzó a la fama a un restaurante cordobés

Con más de medio siglo de vida, El Churrasco forma parte de ya del imaginario colectivo gastronómico tanto de locales como de visitantes de Córdoba. Su historia y su leyenda se remonta a 1970 cuando Rafael Carrillo y su esposa Mari crearon y popularizaron el churrasco cordobés. Este plato de carne que actualmente está en las cartas de muchos restaurantes, nació aquí, en la calle Romero, 16.

¿En que consiste? Pues no es ni más ni menos que una pieza de cerdo ibérico a la brasa de carbón de encina que se presenta acompañado de dos salsas árabes (roja y verde). Unas buenas patatas panaderas dan el toque final al conjunto. Y quienes entienden y disfrutan del vino, aconsejan maridarlo con un buen fino de la tierra.

No obstante, su carta se extiende a muchas más especialidades como el salmorejo cordobés, las berenjenas fritas, el rabo de toro, el rodaballo al horno con gambas y almejas, la tortilla de patatas, el chuletón de vacuna o un jamón de bellota 100% para quitarse el sombrero. Al margen de sus famosas vitrinas, donde a vista del público, lucen soberbias piezas de carne y pescado fresco listos para pasar por su cocina y ser disfrutado por el comensal.

Esencia familiar

"En nuestro restaurante, la filosofía familiar es esencial. Nos enorgullece ofrecer platos que reflejan nuestras raíces y tradiciones culinarias, transmitidas de generación en generación", aseguran desde el famoso establecimiento. "Trabajamos con ingredientes frescos y de la mejor calidad para ofrecer una experiencia gastronómica auténtica y única", añaden. Y es que aquí es tan importante la materia prima como el servicio, que durante generaciones ha creado recuerdos y experiencias muy gratificantes entre sus clientes: "Además, nuestro equipo siempre busca crear un ambiente acogedor y familiar para que nuestros comensales se sientan como en casa."

El Churrasco nació como un mesón, al que se incorporó en 1974 un típico patio cordobés y un comedor principal en la primera 1º del restaurante. A día de hoy lo integran una docena de salones, cada uno con personalidad propia, y su mítico patio. Aunque, sin duda, tan famosos como su plato estrella han llegado a ser su bodega, legendaria por las joyas enológicas que alberga, y su barra, recientemente reformada y actualizada pero que ejerce de vigía y salvaguarda del noble de arte del tapeo.