El pueblo con el Belén de chocolate más grande del mundo está en Córdoba
Una creación de Galleros Artesanos de casi 1.500 kilos de chocolate distribuidos en más de 50 metros cuadrados
El pueblo de Córdoba que no es tan conocido y que parece sacado de una película de Disney
El Belén de Chocolate de Rute elaborado por Galleros Artesanos se ha consolidados desde hace 24 años como una de las principales atracciones navideñas de la provincia de Córdoba. Una creación cuya temática esté año girará en torno a cuentos clásicos y modernos que harán las delicias de mayores y pequeños. De ahí que haya sido bautizado como El Belén de los cuentos.
Para su creación, que incluye 100 figuras, se han empleado casi 1.500 kilos de chocolate. "Ha sido todos un reto ya que este año el precio del chocolate ha subido bastante y para nosotros ha supuesto un esfuerzo. Pero el Belén de Chocolate es ya una tradición de estas fechas. Es un clásico y había que ponerlo sí o sí", ha destacado Jorge Garrido, maestro chocolatero de Galleros Artesanos y responsable de la elaboración.
En su realización han participado seis personas. Una ardua tarea que los ha mantenido ocupados desde finales de Semana Santa hasta finales de agosto o comienzos de septiembre.
La suculenta muestra permanecerá expuesta al público hasta el 5 de enero de 2025 en horario de 10:00 a 13:30 y de 16:00 a 19:00. Estará cerrada los días 24 y 31 de diciembre por la tarde y el día 25 completo: el día 1 de enero y el 5 de enero por la tarde.
Es decir, queda casi un mes para admirar este Belén único, así como la Sala de Personalidades e Imágenes Cofrades. Una oportunidad única para ver representados en chocolate a la Familia Real Española, el Papa Francisco y los pasos de Semana Santa más emblemáticos junto a la Virgen de la Cabeza.
El precio de la entrada es de 1,5 euro, reembolsable en la compra realizadas en las instalaciones de Galleros Artesanos. Y los niños menores de 4 años entran gratis.
También te puede interesar
Lo último
VAIANA 2 | CRÍTICA
Vaiana sigue deslumbrando: segundas partes pueden ser buenas
Winnie The Pooh: El bosque sangriento | CRÍTICA
Terror cutre para apóstatas de su infancia