El pueblo de Córdoba que tiene su propia Torre de Pisa
Es la más alta de toda la provincia y tiene alrededor de metro y medio de inclinación
Un safari por la dehesa, el plan más apetecible del otoño cordobés
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Bujalance, llamada Catedral de la Campiña, es famosa no sólo por su belleza sino también por su icónica torre. Con 55 metros de altura, es la más elevada de toda la provincia y tiene casi un metro y medio de inclinación, lo que le ha valido el sobrenombre de la Torre de Pisa cordobesa.
Está ubicada junto a la puerta lateral barroca del siglo XVIII. Comenzó a construirse en 1611 y la terminaron en 1788. El material empleado en esta estructura es el ladrillo excepto el basamento, que está hecho a base de piedra molinaza roja. Sin duda es uno de los símbolos del pueblo. Y su silueta sobresale entre los cerros de olivos desde varios kilómetros de distancia.
La iglesia pudo tener su origen en la que se erigió junto al Castillo tras la conquista cristiana de la localidad que llevó a cabo Fernando III y soterró la antigua mezquita. El templo es de estilo gótico-renacentista, mientras que elementos como las bóvedas, pilares y arcos pertenecen estilo ojival y su autoría se atribuye a Hernán Ruiz, el Viejo, a Hernán Ruiz, el Joven (1556) y Hernán Ruiz III.
La conforman tres naves sin crucero, que separan arcos apuntados. De esta iglesia se dice que tiene dimensiones de catedral pues a los lados de las naves se extienden sendas hileras de capillas que podrían albergar dos naves más.
Así mismo, destaca el imponente retablo mayor. De estilo renacentista es uno de los de mayores dimensiones y valor de la provincia. Al parecer data del siglo XVI y fue atribuido a Guillermo de Orta y a Andrés de Castillejo, y cuenta con pinturas de Leonardo Enríquez de Navarra.
Ningún visitante debería irse sin recrearse en el retablo y camarín hexagonal barroco de la Virgen del Rosario, que actualmente ocupa la Capilla del Sagrario. Otro de los tesoros de la Iglesia de la Asunción es la custodia rococó (siglo XVIII) del orfebre cordobés Damián de Castro y la portada principal, que en tiempos formó parte del antiguo Convento del Carmen y que está ubicada en Plaza de Santa Ana, bautizada por los lugareñis como el Paseo Viejo.
Temas relacionados
No hay comentarios