El pueblo de Córdoba donde puedes comer ratones

La gastronomía de Baena es rica, variada y con mucha personalidad. Tanta que tiene platos con nombres tan llamativos como ratones, empedraillo o carnerete. Pero, tranquilos, porque la relación de su cocina con el roedor es, afortunadamente, inexistente. Los ratones en esta localidad son pinchos de riñones y lomo de cerdo. A la hora del montaje se insertan, alternativamente, trocitos de riñones y de lomo de cerdo emborrizados y fritos, y guisados en un sabroso caldo vino, sal, laurel, ajos y cebolla.

Por su parte, el empedraíllo se hace con arroz, garbanzos, tomate, pimiento, cebolla, habichuelas, laurel, ajos, AOVE, azafrán, sal y agua. Mientras que el carnerete es el resultado de añadir a una buena fritada de patatas una salsa a base de ajo, pan, tomate y un poco de azafrán.

La nómina de platos locales la completa el revoltillo baenense: revuelto de huevo y jamón, que lleva verduras como espárragos, habas o ajetes.

Durante todo el año resultan muy apetecibles unas buenas naranjas frescas con un pelín de agua y un buen chorro de AOVE. El sabor casa a la perfección con un shot de miel, trocitos de pan de higo o bacalao.

Además, los amantes del pescado deben saber que pueden preparar un bacalao que cocinan con tomate, pimiento, cebolla y aceite de oliva.

Y ¡ojo! porque sus flamenquines incluyen bonus track en forma de huevo duro, además de sus ingredientes habituales.

En el caso del salmorejo, no falta como ingrediente el AOVE D.O. Baena, tomates, pimientos, ajos, miga de pan y agua. Y como guarnición, al margen del huevo duro y los pizcos de jamón, marida a la perfección con tortilla de patatas, berenjenas fritas o melón.

Tampoco es infrecuente elaborar recetas alternativas al gazpacho ortodoxo. Se puede elaborar con habas y almendras y acompañarlo con toppings como manzana, pepino o pasas.