¿Dónde puedes probar el mejor rabo de toro del mundo?

Toma nota de estos cinco restaurantes de Córdoba donde lo bordan según la web 'Taste Atlas'

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Rabo de toro de El Caballo Rojo
Rabo de toro de El Caballo Rojo / Redes El Caballo Rojo

Los expertos de la web internacional Taste Atlas, especializada en viajes experienciales y comida tradicional, se han puesto manos a la obra para buscar el mejor rabo de toro del mundo y han logrado seleccionar una decena de establecimientos. Todos ellos están ubicados en Andalucía y concretamente -y como era de esperar- la mitad se encuentran en la ciudad de Córdoba.

El podium es para el rabo de toro de Taberna Salinas (Tundidores, 3). Desde finales del siglo XIX este emplazamiento, con profundas raíces, es famoso por su oferta gastronómica de corte tradicional y un ambiente agradable. El restaurante es uno de los favoritos tanto de los cordobeses como de los visitantes de todo el mundo. Nadie debería irse de allí sin probar sus croquetas, cochinillo, salmorejo, rabo de toro y berenjenas.

El segundo puesto del ranking lo ostenta el del Mesón San Basilio (San Basilio, 19). Y razones no le faltan a los clientes de este lugar emblemático para bendecir su guiso de rabo de toro en pleno barrio del Alcázar Viejo. Foodies como José Alberto Pañero ya han caído rendidos a sus encantos. "Una ración abundante a un precio super competitivo (12 euros) y que me sorprendió gratamente. El punto de cocción es perfecto, la carne de deshacía y separaba del hueso solo con mirarla. Y la salsa, galáctica, de esas que invitan a mojar más y más pan y que son todo un festival para los sentidos. Otros guisos que bien merecen una visita a esta taberna son sus alcachofas a la montillana o el bacalao encebollado, que tienes que acompañar si o si con un fino de la tierra", apuntaba en su perfil de Instagram. Y añadía "Así que, si buscas autenticidad, sabor genuino y un viaje gastronómico sin igual, tienes que planificar tu próxima visita a Bodega San Basilio para probar su exquisito rabo de toro. En este rincón culinario, la tradición se saborea en cada bocado, y cada plato cuenta la historia de una cocina arraigada en la identidad de Córdoba".

La tercera posición, en la web Taste Atlas, la alcanza El Caballo Rojo, uno de los decanos de la cocina local cordobesa e insigne vecino de la Mezquita-Catedral. Además, la barra de El Caballo Rojo (Cardenal Herrero, 28) es ideal para picar algo en el corazón de la Judería. Merece, y mucho, la pena probar su ensaladilla, las gildas, los ibéricos, el bollito de chipirones fritos con alioli, el cochifrito, la mazamorra o el flamenquín, entre otras especialidades. Un lugar emblemático donde si hay más hambre y tiempo la sobremesa se puede alargar hasta el infinito.

Hasta el cuarto puesto se alza Bodegas Campos. Almorzar o cenar en el 32 de la calle Lineros trasciende el mero hecho de comer, de alimentarse. El zaguan de 'La Casa' -como gusta de llamarla su equipo- convierte instantáneamente al cliente en comensal y al comensal en amigo. Y ahora, más que nunca, el establecimiento destila calor de hogar tanto dentro como fuera de cocinas. Aromas y texturas que despiertan la memoria del paladar y del corazón. Su carta de invierno incluye excepcionales ibericos, y clásicos de la cocina cordobesa como flamenquín, salmorejo, berenjenas fritas en bastones o el rabo de toro tradicional cordobés, que consiguió el primer premio en 2023 por parte de la Cofradía Gastronómica del Rabo de Toro Cordobés. Aunque si hay un plato capaz de poner de acuerdo a los amantes de la tradición y de la buena mesa es el arroz meloso de rabo de toro cordobés con setas shitake y espárragos camperos. Merece una mención aparte. Es la definición exacta de felicidad incluso para quienes, por separado, no les gusta el rabo de toro, ni las setas, ni el arroz. ¡Es un platazo que trasciende épocas, modas y filias y fobias gastronómicas!

Y finalmente, la sexta posición de la lista es para un clásico del barrio de Ciudad Jardín: Taberna San Cristóbal (Rodolfo Gil, 4). De gran arraigo taurino, evidente en su decoración castiza y clásica, mantiene viva la esencias de las tabernas cordobesas. Se siguen sirviendo platos basados en recetas locales originales y que se han mantenido inalterables desde su fundación. Sus incondicionales llegan en busca de sus berenjenas fritas, cogollitos con ajitos fritos, flamenquines, revueltos y un clásico de la casa: araña frita. También es un referente de la ciudad en lo que a platos de casquería bien hechos se refiere.

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