Diez restaurantes de Córdoba para comer cerca de la carrera oficial en Semana Santa
Gastronomía
En torno a la Mezquita-Catedral, la Puerta del Puente y la Ribera se distribuyen algunos de los establecimientos más recomendables de la gastronomía local
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Durante los próximos días el corazón de la Semana Santa cordobesa latirá con más fuerza que nunca en las inmediaciones de la Mezquita-Catedral, por donde discurre la carrera oficial.
Aunque no es imposible, se recomienda reservar para asegurarse el poder comer o tapear en algunos de estos establecimientos que recomendamos.
El grupo de restauración Bodegas Mezquita es un magnífico ejemplo en cualquiera de sus sedes -Céspedes, Ribera, Corregidor y Cruz del Rastro-. Todas ellas están, literalmente, a un salto del paso de hermandades y cofradías. En su carta no faltan las especialidades propias de la gastronomía cordobesa, con los platos tradicionales, tapas suculentas y los más exquisitos vinos de la tierra. Imprescindible probar su rabo de toro, así como las albóndigas mozárabes, el flamenquín y el salmorejo.
Junto a la Mezquita-Catedral está uno de los decanos de la gastronomía cordobesa, El Caballo Rojo. En el restaurante han heredado y recuperado los sabores de la cocina andalusí. Brinda la oportunidad de probar en plena Judería la fusión de la cocina tradicional cordobesa y el legado de la gastronomía mozárabe. No obstante, no es sólo su propuesta culinaria la que ha conquistado a la prestigiosa Guía Repsol, que le otorgó un Solete, sino su pintoresco patio y que le ha valido la inclusión en su lista de Patios donde brilla el Solete.
Muy próximas también están dos barras que son míticas no sólo en el barrio sino entre los viajeros más sibaritas de todo el mundo Se trata de la de El ChurrascoEl Churrasco (Romero, 16) y la de Casa Pepe de la Judería (Romero, 1). Una buena copa de vino de la tierra es imprescindible para acompañar a los deliciosos bocados, tanto fríos como calientes, que salen de detrás del mostrador. En la barra de El Churrasco -medio de fino en mano- es religión deleitarse con jamón de bellota, queso, tortilla de patatas o un buen churrasco. La propuesta de este decano de la cocina local se basa en el mejor producto fresco. Por su parte, en Casa Pepe de la Judería última se puede elegir entre charcutería fina, pescados, salazones, tapas, ensaladas y carnes.
Los amantes de la cocina tradicional pueden proseguir su ruta en Taberna El Capricho (Velázquez Bosco, 8). Su dueña, Antonia Carmona, fue elegida Señora de las Tabernas 2023 y es una de las profesionales que más y mejor conocen los secretos para hacer un buen rabo de toro. También elabora a diario platos más fresquitos como salmorejo, ensaladilla o ensalada tan apetecibles en los meses de primavera.
Por la misma puerta de Bodegas Campos (Lineros, 32) pasan algunas de las procesiones más famosas de la Semana Santa de Córdoba. Desde que abriera sus puertas hace ya más de un siglo han comido en sus salones reyes, reinas, nobles, actores nacionales e internacionales, cantantes, intelectuales, deportistas olímpicos y presidentes de gobierno, entre otros. De sus paredes cuelgan instantáneas que impresionan a sus comensales porque tan ilustres visitas, al margen de su decanato por derecho propio en la hostelería local, han hecho de Bodegas Campos historia viva y crónica animada de Córdoba. Estamos, pues, ante un establecimiento que ha sobrevivido a todos tipos de avatares políticos y sociales, y que ha sido y sigue siendo punto de encuentro de locales y visitantes. Y es que, definitivamente, la experiencia de comer en esta casa solariega de la calle Lucano, supera, y con creces, la mera liturgia gastronómica.
Si se busca continente y contenido, pocos sitios son tan recomendables como Moriles Ribera (Paseo de la Ribera, 6). Fórmulas reconocidas y reconocibles del recetario cordobés en un palacete modernista de comienzos del siglo XX, diseño del prestigioso arquitecto Rafael de la Hoz. Ambientazo y vistas privilegiadas del Río Guadalquivir. Su carta va desde lo más cañí, como rabo de toro, migas cortijeras, cochifrito confitado o cogollos con ajitos, a deliciosos risottos, revueltos, tostas o mariscos.
Destinos con solera
Tampoco desmerece Taberna Regina (Plaza de Regina), cuyas patatas bravas son una institución en Córdoba. En ración o en formato tapa, sus patatas cortadas en trozos grandes y con el punto justo de sal, llegan a la mesa turgentes y con un velo de mahonesa y salsa brava (muy brava) por el encima, que da gloria.
Es más que recomendable probar sus peroles de arroz, la carrillada o el rabo de toro. Su chorizo al vino merece mención aparte. Chopitos y bacalao fritos, huevos rellenos, carne al Jerez y berenjenas con salmorejo completa su nómina de best seller.
Junto a la Torre de la Calahorra encontramos el Bar Los Romerillos (Calle Acera del Arrecife, 6) magnífico para dar buena cuenta de comida casera en un ambiente popular. Al pescaíto le dan un punto a la fritura como en pocos sitios, al igual que a platos de factura local como el salmorejo, la ensaladilla o los flamenquines.
Y no nos podemos dejar atrás uno de los establecimientos más míticos y con vistas a la Mezquita, Bar Santos. No hay cordobés de pro que no haya degustado una generosa ración de su mega tortilla de patatas Este mítico establecimiento ubicado en uno de los laterales de la Mezquita-Catedral (calle Magistral González Francés, 3) asombra a lugareños y visitante por su altura y su grosor. Para elaborar cada una de ellas se emplean 5 kilos de patatas y 25 huevos.
El resultado son trozos XXL que el respetable suele acompañar con palillos gruesos y una cerveza fría y recién tirada. Dar buena cuenta del manjar en los alrededores del establecimiento -de reducidísimas dimensiones- es parte de la liturgia.
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