Cuatro restaurantes donde comer de categoría en el barrio cordobés de San Lorenzo
Gastronomía
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El barrio de San Lorenzo es, sin duda, uno de los más bellos de la ciudad. También es una de las zonas de Córdoba donde mejor se come, ya sea comida tradicional como cocina de autor. En poco tiempo El Pórtico de San Lorenzo (Plaza de San Lorenzo) se ha convertido en uno de los establecimientos más reputados del barrio homónimo. Combina a la perfección tradición y modernidad y actualiza como pocos el concepto de taberna.
Así pues, hay una serie de platos actualizados pero que no defraudan al comensal: "Indudablemente no podía faltar rabo de toro, flamenquín, salmorejo o berenjenas con miel de caña a las que nosotros añadimos queso de cabra o nuestras croquetas caseras de pringa que esté año ya se han convertido en un clásico de la taberna, pero a la vez tenemos risottos, pan bao de rabo toro, tataki de solomillo ibérico y otros platos que amplían la oferta gastronómica de una taberna clásica", apunta José Agustín Berrocal, jefe de sala.
No obstante, su recetario no acaba en Córdoba ni mucho menos: "Ofrecemos cocina cordobesa y de otras partes de Andalucía como las papas aliñás con melva con productos de proximidad intentando que tanto el cliente que quiera simplemente tapear algo con un buen vino o una cerveza o aquellos que quieran comer lo encuentren en la taberna".
Además, y como en toda buena taberna que se precie, la bodega es una de las principales señas de identidad de la casa y más en una ciudad como Córdoba: "Los vinos para nosotros son un pilar muy importante de la oferta de la taberna".
En el lateral opuesto de la Iglesia de San Lorenzo está Casa Luis (Plaza de San Lorenzo, 2), un clásico de la cocina tradicional y con un ambiente bastante familiar. Una institución para quienes gusten del tapeo y de tomar un vino a pie de barra.
No obstante, tampoco falta quien prefiere comer o cenar a mesa y mantel. Sus callos son de los más famosos de la ciudad, pero no son la única joya del establecimiento. Su fritura de pescado o las croquetas resultan deliciosos, al igual que el pisto con huevo frito, la carne con tomate, las manitas o unos jugosos calamares.
Otro de los mejores del barrio es La Cuchara de San Lorenzo (Arroyo de San Lorenzo, 2), con Paco López a los fogones y Narciso López dirigiendo la sala. ¡Es un auténtico espectáculo verlos trabajar juntos! La coordinación cocina -sala es simplemente perfecta y su propuesta gastronómica está en continua revisión. De hecho, la Guía Michelin lo incluyó hace tiempo en su nómina de restaurantes cordobeses distinguidos con el distintivo Bib Gourmand y la Guía Repsol le concedió uno de sus codiciados Soles.
La Cuchara de San Lorenzo, que como destaca la Guía Michelín "apuesta por una cocina de base tradicional y local con toques modernos, cuidando los detalles y defendiendo las sugerencias vinculadas a los productos de mercado."
¿El consejo? "No deje de probar el salmorejo, las croquetas de ternera, sus mini bravas muy bravas, el flamenquín... o un gran clásico como el rabo de toro". Y añadimos: su crème brûlée debería ser declarada quinto Patrimonio de la Humanidad en Córdoba.
El chef Manolo Bordallo ha creado un modelo propio en Sociedad de Plateros María Auxiliadora (María Auxiliadora, 25). Es de los pocos lugares que tienen bodega propia y que además son fieles a las referencias clásicas de Montilla-Moriles.
Se han especializado en cocinar el bacalao ya sea frito, en croquetas, con arroz o en su potaje de Vigilia, uno de los mejores de la ciudad. Su día a día es un homenaje a la cocina hecha a su amor, a fuego lento y mimando la materia prima.
El establecimiento es, igualmente, famoso en la ciudad por la cantidad de platos perfectos para celiacos ya que están completamente libres de gluten y sin perder un ápice de su sabor original.
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