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Cualquier momento del año es perfecto para degustar un buen plato de berenjenas y más en una ciudad con tanta tradición como Córdoba. En verano una cerveza o un valgas bien frío para acompañar son un plus.
La supuesta simplicidad de la receta hace que muchos se confíen y el intento de poner sobre la mesa unas berenjenas de 10 sea fallido. Los cocineros aseguran que el truco está en quitarles bien la humedad con un papel de cocina, un enharinado ligero y una fritura bien caliente.
Aunque también es fundamental que todas las berenjenas tenga aproximadamente el mismo grosor para que la temperatura del aceite sea constante y el resultado final sea un éxito.
Muchos son los bares, tabernas y restaurantes que cumplen estas premisas, pero en Córdoba hemos seleccionado 10 que bordan el popular plato.
Uno de los decanos es Casa Pepe de la Judería, cuyas berenjenas abuñueladas son famosas más allá de nuestras fronteras. Las sirven aderezadas con miel de caña. Muy parecidas son las de la abuela con miel de caña que elaboran en El Caballo Rojo.
Otras de las más afamadas son las de Puerta Sevilla. Radicalmente diferentes tanto en el grosor como en la presentación: una buena montaña de palillos finos y crujientes, que crean adicción.
Al mismo grupo de restauración pertenecen Taberna La Viuda y La Posada del Caballo Andaluz, donde es posible disfrutarlas en el mismo formato y con idéntico grado de satisfacción.
Los amantes de las berenjenas cortadas en rodajas y con su piel pueden optar bien por La Bodeguilla. Aquí le dan el grosor justo para que la berenjena siga siendo enhiesta y no absorba demasiado aceite. ¡Ojo! porque los foodies suelen acompañarlas con una copa de fino Montilla-Moriles y aseguran que la combinación es el summun.
Y para quienes opinen que en el punto medio está la virtud, les aconsejamos una visita a Taberna Góngora y a cualquiera de las sedes de Bodegas Mezquita. De su cocinan salen dispuestas en una suerte de torre a base de bastones de grosor intermedio apto para todo los públicos.
Igualmente, vale la pena darse un paseo hasta la Plaza de Jerónimo Páez para contemplar la imponente fachada del Museo Arqueológico de Córdoba mientras se degustan las berenjenas, cortadas en tiras gruesas, de La Cavea. Su rebozado destaca por ser ligero y terso y dan la opción al cliente de tomarlas, o no, con un poco de miel de caña.
Una de las versiones más suculentas llega de la mano del chef Antonio Jiménez en Taberna La Montillana, que las acompaña con miel y queso de Cabra 'made in Córdoba'. Un platazo contundente, generoso y lleno de matices en el paladar.
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