De la cuna a la sepultura, un paseo por Córdoba para conocer de cerca a Góngora

Turismo

La casa donde nació el literato actualmente es un hotel y su estatua preside una de las plazas principales de la ciudad

Las Casas de la Judería, el hotel Boutique donde nació Góngora

Las dos capillas de la Mezquita-Catedral que no pueden perderse los amantes de la literatura

Estatua de Luis de Góngora
Estatua de Luis de Góngora / El Día

La sombra de Luis de Góngora y Argote no sólo en lo que a la literatura española y universal se refiere. La memoria del dramaturgo y poeta cordobés sigue viva y muy presente en su Córdoba natal.

El escritor vino al mundo en una casa hoy reconvertida en el Hotel Boutique Las Casas de la Judería (Tomás Conde, 10). Este emblemático alojamiento de lujo está compuesto por cinco casas diferentes y no tiene ninguna habitación igual a otra. Con piscina abierta todo el año y unas vistas espectaculares del Casco Histórico de Córdoba, fue testigo del nacimiento de Luis de Góngora y Argote. Su tío, Francisco de Argote, racionero de la Catedral de Córdoba, vivió aquí con su hermana, que el 11 de Julio de 1561, dio a luz al insigne escritor del Siglo de Oro español. El hotel goza de una ubicación privilegiada frente al Alcázar de los Reyes Cristianos, las Caballerizas Reales, los Baños Califales del Campo Santo de los Mártires y la Sinagoga. Además dista tan sólo unos metros de la Mezquita-Catedral y del Palacio de Congresos.

El autor de Polifemo tiene una escultura en su honor, obra del escultor valenciano Amadeo Ruiz Olmos. Se trata de una escultura de bulto redondo, de bronce, que representa a Góngora de cuerpo entero, se alza sobre un pedestal de granito gris. Está situada en la plaza de la Trinidad, frente a la iglesia homónima.

No muy lejos de allí está el Instituto de Enseñanza Secundaria Luis de Góngora, un centro público y cuyo edificio es uno de los vecinos más reconocibles de la famosa Plaza de las Tendillas.

Descanso deluxe

De sobra es conocida la relación de Góngora, en vida, con la Mezquita-Catedral de Córdoba. Don Luis tomó órdenes menores en 1575 y fue canónigo beneficiado de la Catedral. Sin embargo sería amonestado ante el obispo Pacheco por visitar exiguamente el coro y por charlar en él, así como por gustar de divertimentos profanos y poner su pluma al servicio de versos satíricos.

No obstante, el archienemigo de Quevedo estaría unido a perpetuidad con el monumento más famoso de nuestra ciudad. La Mezquita-Catedral de Córdoba alberga en su interior un total de siete capillas que simbolizan la evolución del antiguo oratorio musulmán hacia el el culto católico. Éstas se distribuyen por el perímetro del recinto en clara manifestación plástica de un proceso de sacralización que hubiera sido imposible sin el patronazgo de eclesiásticos y de los linajes nobiliarios locales.

Capilla de San Esteban y San Bartolomé en la Mezquita-Catedral de Córdoba
Capilla de San Esteban y San Bartolomé en la Mezquita-Catedral de Córdoba / El Día

Entre todas ellas hay dos que acumulan no pocas visitas de amantes de la literatura, bibliófilos y lectores empedernidos. Y es que en la Capilla de San Esteban y San Bartolomé reposan los restos de Luis de Góngora y Argote. Mientras que los del Inca Garcilaso están depositados en la Capilla de las Ánimas del Purgatorio.

En el caso de la Capilla de San Esteban y San Bartolomé se desconoce la fecha exacta de fundación. De lo único que hay certeza es de que su patronato se vincula, a partir de 1490, a la familia Góngora, cuyas armas están situadas en el lienzo de la cancela.

También hay un retablo que cobija el lienzo del Martirio de San Bartolomé, a la sazón una copia local del siglo XVII que se basa en el grabado que hizo José de Ribera para Enmanuelle Filiberto.

Al margen del valor artístico del lugar, los visitantes vienen atraídos por ser el enclave en el que se custodia la urna funeraria de nuestro máximo exponente del culteranismo y que llegó a ser canónigo de la Catedral de Córdoba.

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