Cinco sitios que visitar en una escapada a Hinojosa del Duque
Turismo
La ruta la componen la Ermita de la Virgen del Castillo, la Catedral de la Sierra, la Ermita del Santo Cristo de las Injurias, la Plaza del Duque de Béjar y el Muse Etnológico
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Hinojosa del Duque es, sin duda alguna, una de las joyas de la Comarca de Los Pedroches. En este pueblo los perfiles de visitantes más variados verán colmadas sus expectativas. Alberga arquitectura religiosa, imaginería, espacios naturales donde practicar deporte y hacer astroturismo, y restaurantes que conjugan tradición y modernidad pero siempre respetando la esencia local.
Parada obligatoria es la Ermita de la Virgen del Castillo, que se ubica en la Plaza de la Catedral, y su nombre alude a la existencia de un castillo en el lugar.
En tiempos fue la iglesia de un antiguo beaterio, el de la Madre de Dios de Arriba.
En el exterior destacan la belleza de su ábside tripartito y su portada, en la que aparecen los escudos de los señores del condado: Sotomayor, Zúñiga y Fernández de Córdoba.
La portada es de la segunda mitad del siglo XV. En interior se articula en una nave única con bóveda de cañón y lunetos que descansan sobre pilastras toscanas.
Sin duda, la joya de la corona es el camarín, con bóveda barroca, casi de estilo Rococó. El camarín está decorado con yeserías policromadas y una bellísima azulejería que se extiende por el zócalo y la solería.
El espacio central lo ocupa la imagen de la Virgen del Castillo.
A poco más de una hora de la capital, la herencia arquitectónica de Hinojosa del Duque sorprende a propios y extraños por su grandiosidad. Un buen ejemplo es la iglesia de San Juan, más conocida como la Catedral de la Sierra.
Este coloso de piedra, entre dehesas, fue declarado Monumento Histórico Artístico de carácter Nacional en 1981. Además, está catalogado como Bien de Interés Cultural.
Aunque comenzó a construirse en el siglo XV bajo estilo gótico, el resultado final es una mezcla de estilos perfectamente complementados, integrados y sucesivos en el tiempo: gótico, ojival y plateresco. Si bien, destaca la parte que se llevó a cabo durante todo el siglo XVI. No en vano, 1539 inicia su construcción Hernán Ruiz El Viejo, quien fuera maestro mayor de obras del obispado. Dos décadas después, su hijo Hernán Ruiz El Joven trabajará en el proyecto entre 1559 y 1564. Aunque nunca pudo ver el final de las obras, pues falleció dos años antes de que concluyeran en 1571, bajo la dirección ya de Juan de Ochoa.
La iglesia de San Juan tiene planta basilical y se articula en tres naves separadas por pilares de granito con columnas adosadas.
También merece, y mucho, la pena visitar la Ermita del Santo Cristo de las Injurias. Está ubicada a poco más de un kilómetro del casco urbano sobre una colina. Desde allí se puede ver una bella panorámica de Hinojosa del Duque, y ejerce de mirador de la Comarca.
Su origen se remonta a la etapa de la Reconquista, s. XIII. En ese tiempo estaba dedicada a la advocación de santa Brígida, que con posterioridad sería sustituida por el culto al Santísimo Cristo de las Injurias.
La ermita del Santo Cristo de las Injurias es de estilo Neoclásico. En su exterior hay una imponente espadaña articulada en dos cuerpos y rematada con un frontón triangular. Su interior alberga la imagen del Stmo. Cristo de las Injurias, que fue realizado por el imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci.
La belleza de lo cotidiano
Por otra parte, ningún visitante puede decir que conozca Hinojosa del Duque sin haber visitado la Plaza del Duque de Béjar, conocida popularmente como la Plaza del Pilarete. De hecho, aquí hubo una fuente con cajas de agua para darle de beber al ganado y donde los vecinos de Hinojosa se acercaban al manantial de proporciones más reducidas que la Fuente del Pilar. En lo que respecta al Duque, hace referencia al Conde de Belalcázar y Duque de Béjar, el doble título que ostentaba Don Luis de Sotomayor. Aquí se encuentra el convento de las RR.MM. Concepcionistas Franciscanas de Hinojosa del Duque.
Los amantes de los usos y costumbres encontrarán un auténtico filón en el Museo Etnológico, situado en una antigua casa señorial de finales del siglo XVIII, que perteneció a una acaudalada familia de labradores de Hinojosa del Duque.
El Ayuntamiento de Hinojosa se hizo cargo de ella y la remozó en el año 2006. Tras intensas labores de restauración, se convirtió en el actual Museo Etnológico. Un magnífico compendio de objetos que representan la forma de vida cotidiana de Hinojosa del Duque y su comarca. Igualmente, ha servido para recupera piezas en desuso y en peligro de extinción.
En sus salas se muestran aspectos de actividades agrícolas, ganaderas, industriales o la religiosidad popular. Momentos e imágenes cotidianas que nos permiten acercarnos a una forma de vida que debido a los avances tecnológicos e industriales ya no es la misma.
Una gran colección de piezas conformada gracias a la generosidad del pueblo de Hinojosa del Duque y la cesión y donación de buena parte de los objetos que se exponen. El museo, en el que han colaborado casi 200 propietaros, alberga un total de 2.000 piezas.
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