El 'trucazo' definitivo para mantener frío el vino en la copa
Gastronomía
En plena ola de calor te damos un tip infalible para que disfrutes de tu vino favorito y siga siendo una delicia refrescante

Cuando el termómetro supera los 40º -circunstancia que en Córdoba no suele ser excepcional durante el verano- hay que ser previsor y saber algunos trucos para que una copa de vino no se convierta, en apenas unos minutos, en un brebaje imposible de beber.
Pero, afortunadamente, hay un tip que siempre funciona y en el que apenas hay que invertir unos céntimos. Se trata de colocar una uva de buen tamaño congelada en el fondo de la copa.
Además es una fruta disponible en los mercados durante prácticamente todo el año por lo que es bien fácil de conseguir.
¿Blanca o morada? Da absolutamente igual. Lo importante es que sea gordita y que la hayamos metido en el congelador -lavada y secada- unas horas antes de tomarnos la copa de vino.
También es fundamental que no tenga grietas ni fisuras por donde se pueda escapar su zumo una vez que la pongamos en el fondo de la copa y vaya perdiendo progresivamente temperatura.
No obstante, si vamos a tomar varias rondas, vamos sustituyendo la uva congelada usada por otra nueva ¡Y listo!
Al margen de esto, podemos meter las copas una horita en la nevera antes de servir nuestro vino favorito y, por supuesto, poner la botella en una cubitera para que se mantenga fría si se va a prolongar el consumo durante una comida, cena o afterwork.
Lo que sí debemos de tener claro es que la cubitera o champanera no tiene que llevar sólo cubitos de hielo, sino que estos floten en un fondo de agua para que el vino no se enfríe en exceso porque pueden verse alteradas sus propiedades organolépticas. Y corremos el riesgo de que parezca que hemos cambiado de referencia entre el primer y el último sorbo.
Por supuesto, la temperatura ideal depende del gusto del consumidor. Si bien los expertos la fijan entre los 10º C y los 16º C, aunque varía levemente en función del tipo de vino.
Los rosados y los blancos jóvenes deben estar entre los 6º C y los 10º C; mientras que los blancos con crianza suben a los 10º C 0 12º C. Los tintos jóvenes pueden situarse fácilmente en una horquilla que va de los 10º C a los 16º C. Y son los tintos con crianza y los reserva y gran reserva los que admiten mayor temperatura (entre 14º C y 18º C).
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