Turismo de fuentes, la mejor alternativa para ver Córdoba en verano
Turismo
Una ruta con cinco paradas que aúnan frescor y belleza en el corazón de la ciudad
Tradiciones y leyendas rodean la historia de algunas de ellas
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Vegetación, sombras, el rumor del agua... razones de sobra para ver Córdoba de fuente en fuente durante el verano. La ciudad cuenta con muchas, bellísimas y bien distintas diseminadas por los diferentes barrios. Sin embargo, nosotros hemos seleccionado cinco de ellas que es imprescidible visitar para poder presumir de haber conocido la capital reflejada en sus aguas.
De singular belleza es la Fuente de San Andrés. Próxima a la Iglesia de San Andrés se abre la pequeña plaza de nombre homónimo y presidida, por esta hermosa fuente barroca. La taza superior recibe el agua de cuatro caños. De ésta vuelven a surgir y cae al pilón octogonal, que sirve de base.
Al parecer fue realizada en 1664 para la plaza del Salvador, pero dos siglos después fue trasladada a su emplazamiento actual. Otro de los cambios fue la retirada en 1813 del escudo del imperio francés, el águila, para así eliminar el recuerdo de Napoleón Bonaparte.
Sin duda, una de las más icónicas es la Fuente de Santa María, en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral, que ocupa el lugar donde en tiempos los fieles musulmanes realizaban sus abluciones. La de Santa María es la mayor de las que hay en el monumento. Está ubicada al pie de la torre y es de estética barroca. En torno a ella se congregaban antiguamente mujeres de todos los barrios para llenar sus cántaros de agua. Concretamente se arremolinaban en la del caño del olivo. De hecho, se puede apreciar un mayor desgaste de la piedra. Y debe su nombre al olivo centenario que se levanta a sus pies.
Otra parada obligatoria es la Fuente de la Plaza del Cristo de Gracia, frente a la iglesia de los Padres de Gracia, en la plaza conocida como El Alpargate. Si bien la fuente es barroca sus influencias aún están por determinar. Algunos dicen que es incaica. Su ubicación original fue en Puerta Nueva y, si hacemos caso a la tradición oral fue sufragada con lo recaudado en tres corridas de toros.
Figuras mitológicas
Fue en tiempos del reinado de Felipe II, cuando el corregidor cordobés ordenó la construcción de la Fuente de la Plaza del Potro para mejorar el abastecimiento de agua del vecindario. Se erigió en 1577, pero no sería hasta un siglo después cuando sería coronada por el encantador potrillo que parece mirar a los visitantes.
Originalmente la fuente estuvo situada donde actualmente está el Triunfo a San Rafael y en 1847 se trasladó a su destino actual. En cuanto a la razón de su nombre hay dos posibles explicaciones. Pudiera ser que tanto esta plazoleta como la fuente se lo deban al pequeño equino, aunque tampoco es descabellado pensar que tendría mucho que ver la posada del mismo nombre.
La Plaza del Potro pertenece al barrio de la Axerquía. En tiempos fue lugar de compra-venta de ganado y de actividades artesanales, que marcaron el día a día de la Posada del Potro.
En pleno corazón de la ciudad, el Parque o Jardines de Colón no sólo son uno de los principales pulmones verdes de la capital sino que destacan por la belleza de su diseño y por la mezcla de culturas y estilos. Es, además, uno de los principales circuitos de running y alberga uno de los parques de juegos infantil más agradables de la urbe. Por eso no es alocada su comparación, en versión reducida, con el bellísimo Parque del Retiro madrileño.
Los jardines están presididos por una espectacular fuente de estilo neorromántico diseñada en el siglo XIX por el escultor Rafael del Rosal. La fuente, construida en 1920, se articula en torno a un gran pilón circular sobrecargado de figuras de veneras y peces mitológicos. El centro lo conforman dos valvas superpuestas que recogen el agua de un surtidor central en la parte superior.
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