Cuatro vinazos de Bodegas Alvear para triunfar del aperitivo al postre

Los vinos de Bodegas Alvear han protagonizado la última cata maridaje celebrada en el restaurante Gin Bulevar (Pintora María Blanchard, 1) de Córdoba. Cuatro referencias incontestables y bastantes asequibles para poder disfrutar en casa o en un encuentro con familiares y amigos. ¡Toma nota de estas deliciosas combinaciones!

Una buena forma de abrir boca fue el tartar de gamba blanca y crema de camarón rojo, perfecto en compañía de Fino CB. Se trata de un vino elaborado por crianza biológica (velo de flor) durante más de seis años en botas de roble americano mediante el tradicional sistema de criaderas y soleras con sacas y rocíos periódicos.

Se elabora a partir de mostos procedentes de uva Pedro Ximénez muy ricos en azúcares, por lo que no es necesaria su alcoholización en ninguna de las fases de su elaboración y crianza.

Las siglas C.B. hacen referencia a Capataz Billanueva, quien a comienzos del siglo XIX comenzó a escribir sus iniciales en las botas que contenían los mejores vinos, tradición que la bodega ha mantenido fielmente hasta la actualidad.

Este fino resulta un excelente aperitivo acompañando aceitunas, almendras saladas o jamón. Igualmente, hace buenas ligas con el pescadito frito, ensalada de tomate o alcachofas, e incluso con sushi.

Una de las apuestas más creativas llegó con Tres Miradas Cerro Macho y el conejo en dos cocciones con emulsión de chocolate. Estamos ante un vino de ensamblaje de distintas parcelas de la Sierra de Montilla, de calidad Superior, elaborado con uva de la variedad Pedro Ximénez procedente de cepas viejas cultivadas en vaso de los parajes de Rio Frío Alto y del Cerro Macho.

En cada parcela se han utilizado, bien las uvas prensadas directamente y fermentadas en tinajas, o alternativamente, pisadas previamente y fermentadas en cubos abiertos. Vino versátil, perfecto con sashimi, mariscos, tempuras, ensaladas y arroces de pescado.

Otra opción de carne muy diferente es la carrillera ibérica al curry rojo, que en conjunción con el Oloroso Catón resulta espectacular. Un plato así requiere un generoso elaborado mediante crianza oxidativa, en botas viejas de roble americano, por el tradicional sistema de criaderas y soleras con sacas y rocíos, hasta completar una edad media de, al menos, 20 años. En realidad es un vino que funciona genial para tomar en el aperitivo o con cualquier tipo de carne. Si bien es verdad que acompaña de manera sobresaliente a quesos y carnes curadas.

El fin de fiesta llegó de la mano de Pedro Ximénez Añada 2019y un flan cremoso de huevos camperos. Los asistentes disfrutaron, a conciencia, de un vino elaborado con uvas de la variedad Pedro Ximénez pasificadas al sol, procedentes de una sola cosecha y con un ensamblaje posterior en conos de cemento armado de, al menos, un año. Este PX porta un sabor y textura sorprendentes a los helados y frutos secos y marida de lujo con foie y quesos azules.