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Poco más de 80 kilómetros separan la capital de la tranquila localidad de El Viso. Pero en verano esa distancia es más que suficiente para sobrellevar días menos calurosos que los de la capital y noches en que el fresco favorece el descanso y un buen sueño reparador. No en vano, es el pueblo más septentrional de la provincia.
La población de la localidad pedrocheña apenas supera los 2.500 habitantes y la paz y el sosiego reinan en sus calles. Lo que tampoco faltan son ermitas. Un total de seis componen una interesante ruta para el visitante.
Sin duda, la más llamativa es la de Santa Ana, por su espectacular techumbre. Hasta los años sesenta del pasado siglo había una ermita dedicada a su patrona, Santa Ana, y que fue construida en el siglo XVI. En consonancia con las construcciones similares de la zona, constaba de una sola nave, cubierta por un tejado a dos aguas. Sin embargo, su aspecto actual es bien diferente. No obstante, se conserva el arco de granito de la portada del antiguo templo, que se reutilizó en la verja del espacio que precede a la ermita.
La construcción actual difiere, y mucho de los patrones arquitectónicos de la zona: con base circular y tejado de pizarra
Data de mitad del siglo XIX y acabó siendo un polvorín durante la Guerra Civil. No es de extrañar que estallara al explotar éste. Allí mismo se erigió la ermita actual a finales de los años sesenta. Consta de una base rectangular y una sencilla portada a base de ladrillo y rematada por un doble vano a manera de espadaña.
Pequeña y coqueta tiene adosado en su parte posterior un Calvario, un sencillo cubo de mampostería que alberga un olivo.
Es de principios del siglo XX y fue concebida como residencia de verano por su propietario, el sacerdote Miguel López. El cura se ganó el cariño de los viseños por la cantidad de vidas que se salvaron durante la Guerra Civil gracias a su intercesión. De hecho, a esta zona huyeron muchas familias de El Viso durante los bombardeos en plena contienda y aquí convivieron hasta que la situación se calmó.
Actualmente es del Ayuntamiento y está abierto a todos los visitantes. Dista cuatro kilómetros del pueblo y ha sido remodelada recientemente por el Consistorio.
Situada en el barrio homónimo, es bastante moderna. El edificio tiene planta cuadrada y una techumbre a dos aguas.
Está situada en la zona conocida como Huerta de los Frailes, muy próxima a las ruinas del convento de San Alberto del Monte, que fue borrado del mapa tras ser exclaustrado y desamortizado en 1836.
Hasta aquí llega cada año la tradicional romería del día de Pascua en honor de la Virgen de Vallehermoso.
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